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Portada del libro |
A Eladio Liñán y Leandro Sequeiros, paleontólogos.
En los complicados tiempos de la transición democrática en España
estaba empezando a funcionar la sección de geológicas en la Universidad de Zaragoza. Esta nueva carrera universitaria de
la Facultad de Ciencias, poco conocida aquí, contaba con muy pocos
alumnos matriculados, siendo la cuarta promoción de geólogos de Zaragoza, a la que
pertenezco, una de las menos nutridas de la historia de esta universidad, pues
solo 12 alumnos conseguimos licenciarnos en 1981 de los 38 que empezamos en 1976.
Teniendo en cuenta la consideración que todavía ahora se tiene de la geología como carrera “rara” o minoritaria,
imagínense entonces la opinión al respecto que tenían la mayoría de los que se dedicaban a otras
disciplinas tradicionales de la ciencia, como muchos químicos o matemáticos, por no mencionar ya a los de humanidades. No era fácil encontrar un hueco comprensivo y respetuoso con esta ciencia en esa sociedad tan encorsetada.
Pues es en ese difícil contexto social cuando apareció la publicación motivo de este artículo de
dos de nuestros profesores universitarios, andaluces ellos, que ejerciendo una
emigración de lujo, recalaron en la
Universidad de Zaragoza y nos enseñaron, además de Geología, una de las
disciplinas que más entusiasma a jóvenes
y mayores desde hace tiempo, como es la Paleontología. Los dos autores, Eladio
Liñán y Leandro Sequeiros, actuales catedráticos de paleontología y reconocidos especialistas en trilobites del
Cámbrico (Paleozoico) y ammonoideos del Jurásico (Mesozoico), respectivamente, fueron capaces de plasmar
en su libro divulgativo titulado "Geología de Aragón. Rocas y
fósiles", de la editorial Guara, y dedicado al gran científico aragonés Lucas Mallada,
una necesaria serie de pinceladas básicas de la geología y paleontología aragonesas, tan
desconocidas por casi todos, excepto por contadísimos especialistas, en esos
primeros tiempos democráticos de avidez comunitaria de conocimientos científicos. La
sencillez de su edición no disminuye en absoluto su utilidad, en especial para
principiantes y aficionados a temas
geológicos, pues de una manera clara y
concisa logra obtenerse con su lectura un conjunto de conocimientos básicos
respecto a la distribución de diferentes materiales geológicos en Aragón, así como se
resaltan los principales lugares que han ofrecido a la investigación paleontológica
numerosos y buenos ejemplares fósiles, hoy profundamente estudiados por el
colectivo de paleontólogos que, y desde
entonces más aún, han trabajado en la
geografía aragonesa.
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Una de las ilustraciones del libro. Autor: Leandro Sequeiros. |
Naturalmente que al contemplar hoy esa publicación muchos pensarán
que, debido a su antigüedad y su contenido divulgativo, no es digna de mencionarse ni de tenerse en cuenta
sus sencillos contenidos. Nada más lejos de la realidad. Por supuesto que es un trabajo
antiguo; que sus esquemas y dibujos nada tienen que ver con los que
acostumbramos a ver en la actualidad; que sus localizaciones de lugares de interés,
yacimientos de minerales y fósiles, y las descripciones geológicas
son sencillas e intencionadamente poco detalladas. Pero, sin embargo, siguen
siendo válidos sus sugerentes propuestas de itinerarios geológicos, su estructuración y descripción general de las unidades morfoestructurales aragonesas, las descripciones y listados de fósiles y, sobre todo, y aunque esto parezca algo
subjetivo, su magnífica transmisión de entusiasmo que ellos hacen a la gente aficionada en
general, y por supuesto también a su alumnado,
en cuanto a la necesidad, urgente entonces, de tener que "hacer geología y paleontología", de
tener que empezar a investigar y desentrañar los enigmas
geológicos de una tierra que estaba despertando de un gran letargo. Y como muestra
de lo que digo basta con leer este extracto de su Preliminar:
“Tiene en sus manos
un libro popular y básico. No va dirigido a especialistas sino al hombre de la
calle, al que viene y va por el Coso de Huesca, atraviesa el Viaducto de
Teruel, recorre el Tubo de Zaragoza o vive en cualquier calle de nuestros
pueblos.
Se dirige también a
cuantos dedican su vida a la enseñanza y quieren interesar a los alumnos en los
problemas geológicos de Aragón, así como despertarles la curiosidad científica,
la observación y el sentido de la naturaleza.
Conocer Aragón
significa también interpretar el entorno geológico que soporta nuestras
ciudades, las obras públicas y las tierras de cultivo. Conocer el sentido de
los profundos valles pirenaicos, la depresión del Ebro o las estribaciones de
la Cordillera Ibérica”.
Estaba en esas
materias geológicas casi todo por hacer en Aragón, pero el empujón conceptual que supuso
para muchos los contenidos de este pequeño libro, sin duda, permitió que muchas
ramas y especialidades de la geología y paleontología tuvieran cabida en la
mirada investigadora de muchos de los que
nos aventuramos entonces a estudiar y hacer algo por el conocimiento geológico de
nuestra tierra. Nos hizo sentirnos protagonistas. Aunque con muchos años de retraso, y por haber sabido enseñar y transmitir ese entusiasmo, muchas gracias Eladio, muchas
gracias Leandro.
Cita bibliográfica:
Liñán, E. ; Sequeiros, L. 1978.
Geología de Aragón. Rocas y
fósiles. Colección Básica Aragonesa, nº 8. Guara Editorial, Zaragoza. 124 págs.
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