Ya es firme la decisión que la administración educativa del
Estado ha tomado respecto a la asignatura “Ciencias de la Tierra y
medioambientales” (CTM) que se imparte en segundo de bachillerato. No se tendrá
en cuanta en las ponderaciones numéricas
de las pruebas de acceso a la universidad, pues no podrán examinarse de ella en
esas pruebas bajo ninguna circunstancia. Este dato era algo que suponíamos
desde hace meses pero ahora ha sido confirmado.
Lo más catastrófico de la medida educativa tomada no es que
la gente no tenga una asignatura más (como Biología o Geología) del
departamento de Ciencias Naturales que se tenga en cuenta y sea examinable en
esas pruebas de acceso, que también, sino el tremendo aguijonazo que supone al
conocimiento que sobre temas ecológicos puede y debe adquirirse en la educación
secundaria. Este conocimiento, tan necesario para la vida actual, queda
arrinconado para unos pocos alumnos decididos que quieren aprenderlo a través
de esa asignatura optativa, una más de las
muchas que se ofertan ahora. Y esto no es de recibo.
Pero lo que se echa de menos realmente es una contundente
acción reivindicativa de las asociaciones conservacionistas, grupos
ecologistas, u ONG,s medioambientales.
¿Dónde están ahora? ¿O es que prefieren que la “formación” de la gente en estos
sensibles temas ecológicos esté en sus manos (extraacadémicamente) y no en las de docentes
especializados? ¿Por qué no protestan ya? ¿No consideran esto una agresión a
la cultura ecológica de la sociedad? Supongo que tendrán oscuros intereses para
no hacerlo. Ellos sabrán, pero tomamos nota.