Hace justo un año que se registró en el Ayuntamiento de
Torrebaja (Rincón de Ademuz, Valencia) un plan preliminar de creación de un
Museo Geológico y Paleontológico del Rincón de Ademuz. Los primeros movimientos
realizados por la corporación municipal de esa localidad dieron
expectativas a la posible realización del mismo. Incluso se pensó instalarlo en
los bajos de un gran edificio del pueblo en restauración (la “Posada”) en donde,
al parecer, se habían reservado fondos
oficiales del presupuesto total de su adecuación para subvencionar la
instalación allí de un museo, por lo que el proyecto presentado veía cierta luz
y visos de poder hacerse realidad.
En mayo, la decisión soberana de la población local en las elecciones locales y autonómicas hizo que
la corporación municipal cambiase de signo político. En la lógica expectación respecto a qué temas iba a afectar ese
cambio político local estaba incluida una cierta incertidumbre ante la posibilidad de que quedara ralentizado
o paralizado temporalmente el proyecto museístico propuesto. De forma inesperada,
en el último trimestre de 2015 surgió un comentario procedente de la alcaldía
según el cual se había contactado, o se
iba a contactar, con personal de instituciones culturales valencianas
(seguramente relacionadas con la universidad) para que se hicieran cargo de
promover y ser una especie de soporte técnico de ese proyecto. Y hasta la
fecha, un año después de la propuesta y casi un trimestre de ese aviso, no se
conoce (puede que lo haya) ningún avance más sobre el asunto.
Desconozco las pretensiones actuales del nuevo ayuntamiento en
relación con ese hipotético futuro museo en Torrebaja. Y desconozco también qué
postura habrá adoptado el colectivo de personas contactadas en Valencia para
tal efecto, si es que se ha llegado a contactar ya con ellas. Lo que sí se puede
asegurar es que el plan museístico ya presentado incluye un fondo ideológico
referente a la función que un museo local o comarcal debe tener. Desde luego no
consiste en una simple exposición de minerales, rocas y fósiles de la zona; ni
una recopilación de información expuesta e impresa a gran tamaño en las
estancias del museo, como sí se ha hecho en otros muchos lugares de nuestra
geografía, y en donde se suele confundir el concepto de información al
visitante con el de contextualizar el objeto museable. También se incluye la
imprescindible y necesaria interrelación
entre el visitante interesado en el tema y el itinerario visual/material/informativo
que debe ser distribuido en el área expositiva con un objetivo museístico claro
y sencillo. Un museo de este tipo no sale solo de la voluntad científica de
ningún organismo que conoce casi de forma bibliográfica un lugar o zona geográfica, sino
que surge del conocimiento y selección de lugares de especial interés, en este
caso de singularidad geológica, además de ser capaces de mostrar elementos
paleontológicos representativos, en su contexto, de las diferentes rocas y edades geológicas
allí representadas.
Situación de Torrebaja (un cuadrado rojo) en el Rincón de Ademuz, en Valencia. |
Durante años han sido decenas y decenas, por no decir centenares,
de piezas fósiles de la zona las que se han examinado, provenientes todas de
colecciones particulares de sus habitantes. Muchas de ellas, espectaculares, y
tras comprobar la edad atribuida y tipo de material de su afloramiento
geológico y estratigráfico, han sido
seleccionadas para esa posible exposición museística. Se puede trabajar con
material fósil ya extraído de las rocas
del entorno. No es necesario realizar nuevas campañas de prospección y excavación en
diferentes afloramientos del Rincón de Ademuz para poder obtener numerosos nuevos restos fósiles museables, pues el objetivo de mostrar la riqueza paleontológica de esta pequeña
porción de la Cordillera Ibérica no es solo una cuestión de cantidad. Además, tan importante es el tipo y calidad
del fósil como su contextualización en los sucesivos vaivenes geológicos por los que
han pasado estos restos de organismos hasta
llegar petrificados hasta nosotros. Buena parte del soporte material y
conceptual de ese posible museo ya está disponible.
La puesta en valor de la riqueza patrimonial natural empieza
con un conocimiento de los valores geológicos y paleontológicos de una zona.
Una buena transposición didáctica de ese patrimonio a través de una adecuada
instalación museística enriquece e ilustra al visitante, permitiendo que estos
centros culturales sirvan de verdadero motor
de desarrollo local. Solo esperamos y deseamos que pronto se tomen decisiones políticas
acertadas respecto a la viabilidad de este proyecto de museo, planificado y
propuesto en Torrebaja para todo el ámbito del Rincón de Ademuz, y para que pueda ser una realidad en un periodo corto
o medio de tiempo, con o sin
intervención y colaboración de agentes externos.
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