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Bello paisaje con dolina en Villar del Cobo, Teruel. Foto in: Gutiérrez Elorza, M. y Peña Monné J.L.(1990). |
Es fácil encontrar reflejado en prensa algún desgraciado incidente relacionado con
la formación o activación de una dolina. No ocurre en todos los sitios, pues
para que ese fenómeno se produzca es necesario que los materiales geológicos
del lugar sean de naturaleza calcárea o yesífera, que son las rocas sobre las que fundamentalmente se
desarrollan las dolinas. Por ello se excluyen para su localización las áreas en
las que no abunden esos materiales. Por experiencia sé que hay cierta confusión
popular respecto a qué son las dolinas, oyendo sencillas denominaciones descriptivas que van desde “agujeros
del terreno”, pasando por “boquetes profundos del campo” y hasta “simas” de más
o menos profundidad. Y no les falta razón, al menos en parte, aunque podemos precisar algo más.
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Dolina de Villar del Cobo, Teruel. Foto: internet. |
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Dolina de Villar del Cobo (Teruel). Foto: E. Gil. |
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Dolina. Villar del Cobo (teruel). Foto: E. Gil. |
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Dolina junto a la autovía de Logroño, en Zaragoza. Foto: internet. |
Las dolinas son formas de relieve superficial consistentes
en depresiones de muy variadas dimensiones (de 1 a 400 metros de ancho, y de 1 hasta
más de 200 metros de profundo) originadas por dos procesos que pueden actuar
aislada o conjuntamente, que son la disolución y el hundimiento. Como he dicho
anteriormente se producen en yesos y calizas, sobre todo, siendo de formas redondeadas
u ovoidales, pudiendo tener sus paredes verticales o inclinadas en forma cónica, presentando en
su fondo, plano o no, un sumidero o punto donde se conecta el exterior con el
interior del sistema kárstico al que pertenece, en el caso de rocas calizas. La
mayor parte de ellas pertenecen o aparecen asociadas en los denominados “campos de dolinas”, áreas en
las que se concentran agrupadas numerosas dolinas, muchas de las cuales llegan incluso a
fusionarse, dando estructuras coalescentes.
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Dolina en las proximidades de Zaragoza. Nivel freático aflorante.
Foto. internet. |
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Dolina. Zaragoza. Foto: internet. |
Es indiscutible la gran belleza que suelen presentar muchas
dolinas al observador, pues generan grandes irregularidades del relieve que en
algunos casos llegan a caracterizar a zonas enteras de una región, como es el caso
de la parte suroeste de la Sierra de Albarracín, en Teruel, en concreto en las
cercanías de localidades como Villar del
Cobo y Griegos, donde se pueden contemplar una de las mejores expresiones de
este fenómeno geológico de Aragón y España. Estas se desarrollan en potentes
series de materiales calizos del Jurásico,
por lo que las dimensiones allí alcanzadas por el modelado kárstico de estas
dolinas son tan generosas que han llegado a modelar definitivamente la
geografía de su entorno montañoso y casi deshabitado.
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Campo de dolinas de Villar del Cobo (Teruel) in: Gutiérrez Elorza, M. y Peña Monné, J.L. (1990).
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Pero no siempre el modelado con dolinas resulta un elemento
geológico bello e inocente. La formación de dolinas en terrenos,
fundamentalmente del Terciario, y en especial con abundantes yesos, suelen representar un
verdadero problema social, por el riesgo geológico que origina. Esto se comprueba en todo el
corredor del Ebro, siendo el entorno de Zaragoza una zona especialmente
sensible a estos relieves. Los depósitos cuaternarios de aluvión fluvial que
tapizan los yesos y margas infrayacentes en esta zona suelen presentar irregularidades,
fisuras y fracturas que facilitan la infiltración de agua de lluvia y
escorrentía. Esta llega a las inferiores zonas de yesos que son fácilmente
disueltos, por lo que generan en su fase inicial pequeñas cavidades que, en su
desarrollo, suelen alcanzar grandes dimensiones. Cuando los materiales que
sirven de cúpula a esa cavidad, por diversos motivos, pierde consistencia, termina por caer y
generar así una dolina. A veces este proceso es rápido, por colapso, y otras,
lento y progresivo, dando lugar a subsidencias y hundimientos con bloques de
derrumbe del techo. En zonas agrícolas esas dolinas, en contacto con el nivel
freático, llegan a formar verdaderas lagunas, las cuales forman parte del
paisaje rural, por lo que son conocidas por la mayoría de los vecinos, por su
uso lúdico, o por el susto y sorpresa al ver “aparecer” en sus campos, de
repente, un agujero de considerables dimensiones. Aun así, suelen ser mucho más problemáticas y peligrosas las que
se originan en zonas de expansión urbana de las ciudades, donde es necesario
tomar medidas estructurales que permitan realizar edificaciones sin riesgo, o
con el menor posible. Su aparición casi repentina genera en los edificios grietas,
fisuras, desgarres, o derrumbes
localizados de viviendas que pueden ser el origen de una tragedia humana.
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Esquema de formación inicial de dolinas en yesos.
Foto. internet. |
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Lado Este de dolina de Villar del Cobo (Teruel). Foto: E.Gil. |
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Dolina junto a la autovía a Logroño, en Zaragoza. Foto. internet. |
La gran problemática que surgió en los años 2002 y 2003 en
relación a la construcción del trazado del AVE por la ciudad de Zaragoza se
debió a la desconfianza en la prevención de este riesgo por parte de las
empresas encargadas del proyecto. Por suerte, y supongo que gracias a una buena
ejecución técnica, no se ha producido hasta ahora ningún incidente digno de
mención en las zonas sensibles de dolinas junto a Zaragoza, aunque el proceso
sigue activado geológicamente. Sin
embargo, la expansión actual de la ciudad en los circundantes barrios nuevos
del sur de la ciudad, por situarse encima de materiales susceptibles de
disolución y hundimiento, sigue siendo objeto de revisión continua ante el
riesgo geológico del proceso natural de formación de dolinas. Es, por tanto,
necesario un trabajo de prevención del riesgo geológico, e intentar paliar o corregir los
daños que se generen. Para ello es preciso atender y seguir decididamente las
indicaciones de los mapas de riesgo elaborados por los geólogos especialistas,
además de restringir drásticamente la construcción en zonas de alto riesgo, en
las que estas formas de modelado geológico, implacables, siguen amenazando con
un proceso lento y sin intermitencias de alteraciones y cambios del perfil del suelo.
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Esquema de las diferentes formas de modelado kárstico, incluyendo las dolinas, en calizas. Foto: internet. |
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Dolina en Villar del Cobo (Teruel). Foto. E. Gil. |
Se recomienda ver el siguiente vídeo realizado por personal científico de la Universidad de Zaragoza sobre la formación de dolinas: https://www.youtube.com/watch?v=D7qD1qMUcYU
Bibliografía citada:
Gutiérrez Elorza, M; Peña Monné, J.L. (1990). Las formas de relieve de la provincia de Teruel. Cartillas turolenses, nº estraordinario 7. Instituto de Estudios Turolenses. Dip. Prov. de Teruel. 66pp.
Excelente articulo, es un fenómeno mas que desconocido acá en Honduras, pero debido a temblores se han presentado algunos donde el área es yesífera, teniendo una hoquedad interna, el movimiento telúrico y el peso de la vivienda provoca que ceda el terreno bajo ella.
ResponderEliminarPor supuesto la explicación gráfica de este articulo es estupenda
Tienes que ver las Dolinas de Pozondón
ResponderEliminarhttp://www.mendikat.net/foto.php?numero=356&imagen=65#foto
ResponderEliminarLapiaces en el parque del Gorbea. También hay dolinas.
Traté este tema en mi blog, y he descubierto una descripción más autorizada en éste. Le pongo un enlace para que los (pocos) lectores que me siguen tengan más conocimientos sobre estas características del terreno.
ResponderEliminarhttp://desdemitaina.blogspot.com.es/2014/03/la-tecnologia-de-la-nasa-versus-las.html