¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

jueves, 3 de septiembre de 2015

De nuevo es noticia el barrio Oliver de Zaragoza.



IES María Moliner de Zaragoza.
     Vuelve a aparecer el barrio Oliver de Zaragoza en la prensa por problemas con algunos peculiares vecinos. Y vuelven a sorprenderse. Les parece increíble y sorprendente (enlace a la noticia de prensa) que pasen cosas como que críos de entre 8 y 15 años asalten y agredan a personas mayores; o que se incendien habitualmente contenedores de basuras u otro tipo de vandalismo; o que se viva en una situación  de inseguridad y miedo en sus calles. Nadie ha hecho nada hasta ahora. Y siguen sin enterarse de que es un problema de educación
     Educación a dos niveles: a nivel familiar y grupal por un lado, y en los centros educativos por otro. La inmensa experiencia que acumulé durante 11 años trabajando en el IES María Moliner, el instituto del barrio, me hizo despertar a muchos aspectos sociales que jamás había vivido, ni soñado. La acumulación de personas de raza gitana en el barrio con la consiguiente legión de asistentes y trabajadores sociales procedentes de distintas instituciones es uno de los principales problemas para solucionar el estado de “excepción” con el que allí se vive desde hace lustros. No es posible tener allí, en plan “guetto”,  a un colectivo de gente que, por desgracia, solo piensan en que les den algo para vivir, trapichear, salir del paso, o camuflarse, eso sí,  en un rincón apartado de nuestra sociedad. Y claro, si para suministrarles de todo lo que les es necesario hace falta crear un montón de plazas para personas cuya profesión es “ayudar” a las familias necesitadas, pues se crean, sirviendo así ese colectivo de freno social a la protesta o a la indignación por estar así hacinados, haciéndoles creer que son muy bien tratados por una sociedad que supuestamente les ampara y contempla.
Vandalismo en el barrio Oliver de Zaragoza.
 
     Entre la marginalidad del barrio Oliver  se encuentra el colectivo gitano (es allí el mayoritario), que  fue durante muchos años el objeto y  "niño mimado" de la acción social zaragozana . No se les forma ni reestructura su forma de vida (en muchas ocasiones caótica) pero sí se les proporciona vivienda, subvenciones, ayuda social, colegio y manutención a su gran  prole, a cambio de no molestar,  estando así  aparcados, retirados y aislados  de una sociedad  que se empeña en decirles cómo se tienen que comportar cuando salen del guetto. Se les da sin pedir nada a cambio, o como mucho, un comportamiento "ejemplar" (de payo) que por supuesto  no sale de muchos de ellos, no sé si por naturaleza o costumbre, y que no están por la labor de hacer, lo que les impide relacionarse e imbricarse con el resto de la sociedad.
     En lo que respecta a la  educación a nivel de primaria y secundaria en el barrio los resultados sociales no pueden ser más desastrosos para este colectivo tan desfavorecido, por no decir engañosos. Durante las innumerables visitas y protestas que se hicieron desde el equipo directivo del instituto en la década de los 90 y la primera parte de los 2000 al Servicio de Educación aragonés, controlado por el PP ó el PSOE, daba igual, no se movió un dedo para acabar con la concentración masiva de alumnado con “necesidades educativas especiales”, y conflictivo, en los centros públicos del barrio. La sugerencia que se hacía era que, en aplicación de la ley, se repartieran estos alumnos entre todos los centros subvencionados con fondos públicos, lo que incluye al remilgado colegio religioso concertado de las “claretianas” de la entrada al barrio. Como contestación sólo se escuchaba que los padres tenían libertad de elección de centro… ¡Valiente libertad! ¡Solo cuando hay igualdad de condiciones es cuando se elige en libertad! Si se tiene que elegir entre algo muy bueno para tus hijos y algo muy malo, la elección está clara. Por eso el instituto se llenaba de alumnos con muchas (demasiadas) necesidades y conflictos personales, a la vez que a los privados concertados no iba ni uno.  La situación fue empeorando a finales de los 90 y llevó poco a poco  a la insostenibilidad del centro  que aplicaba (aunque con muchas modificaciones) el tipo de enseñanzas regladas que son las que caben, a mi juicio, en un instituto, y por tanto se nos ofreció en el año 2002 a todo el profesorado del centro la posibilidad de salir de allí, pues se cambiaba el modelo de enseñanzas que a partir de ese momento se iban a impartir. No se plantearon repartir alumnos “especiales”, había que tenerlos a todos recogidos y escondidos. La hipocresía política aplastó un posible acuerdo de solución para el barrio. Por supuesto, nos fuimos.
Más vandalismo en el barrio.
     Los años siguientes el centro se dotó con un equipo directivo en comisión de servicios y muy “dispuesto” a solucionar los problemas internos, además de unos cuantos sufridos profesores que por no estar en el destino de un pueblo dando clases se volvían a la ciudad en plan kamikaze, aunque fuera al María Moliner. De estos últimos raro es el caso que haya durado más de un año en comisión de servicios, y el equipo directivo ha ido cambiando cada poco tiempo por “reajustes” orgánicos. Pues bien, aún se atrevió esta gente a desprestigiar la labor de los que nos habíamos ido cuando consiguieron un premio nacional a la convivencia, desarrollado con su mimado colectivo marginal del  “instituto”. Desde luego que desde que se cambió al profesorado ya no se volvieron a leer en prensa nuestras quejas y reivindicaciones respecto al reparto del alumnado, ni hubo más visitas de protesta a la Consejería de Educación. Se calló todo. Se consiguieron premios de convivencia y la estancia allí parecía propia de un mundo feliz. ¡Qué maravillosos profesionales! Objetivo cumplido entonces: la gente difícil y conflictiva (por muchos motivos) estaba finalmente domesticada. Un gran logro, sin duda. Sin embargo, estábamos informados por personal interno y externo al centro que eso no era así. Que nada más lejos de la realidad. Que el ambiente interno seguía igual o peor que cuando lo dejamos nosotros. Que parecía todo más bien una especie de pantomima de cara a la galería.
     Por suerte tuve y sigo teniendo buena relación con muchos de mis queridos exalumnos no gitanos que también vivieron y sufrieron esa época en el instituto. Muchos de ellos siguen viviendo en el barrio y otros se han marchado de allí aunque mantienen relación con amigos y familiares que todavía habitan en el Oliver. Me cuentan que las cosas siguen muy parecidas a entonces. Algunos incluso se sublevan al ver cómo actualmente en la prensa se siguen aireando los trapos sucios del barrio sin que nadie ponga remedio a la situación. Solo les puedo recomendar que no caigan en la simple trampa de querer solucionar estas situaciones de agresiones y vandalismo con fuerza bruta y violentamente. Seguro que detrás de la noticia hay alguien que quiere más revuelos y alborotos... Debemos estar todos convencidos de que únicamente un sistema educativo integrador de estos colectivos puede dar el resultado deseado por todos. No hay que recurrir al enfrentamiento étnico ni grupal. Hay que educar, pero bien. Y si para ello hay que recurrir a la protesta social para que se deje de una vez de acumular intencionadamente a un colectivo poco integrado, pues se protesta y se reivindican acciones que hasta ahora brillan por su ausencia. Habrá que coger el toro por los cuernos de una vez. Echo de menos una buena asociación vecinal que se plante y deje de conformarse con pequeños logros y prebendas de las instituciones y se enfrente por fin a la situación. Es necesario un órdago a la grande.

     Los desgraciados acontecimientos que han salido ahora, nuevamente, en prensa demuestran que queda mucho por hacer en el barrio Oliver. Quizás se consigan resultados para la generación siguiente  si se consigue un verdadero apoyo institucional y la participación de todos.
Los vecinos del barrio Oliver con el nuevo alcalde
de Zaragoza buscando soluciones a la situación creada.

5 comentarios:

  1. Amén. Como siempre Don Enrique tan acertado como siempre. . Los demagógos "buenistas" dirán que este texto tiene tintes racistas, pero los que vivímos ésta situación sabemos que es verdad.Incluso añadiría que estas "víctimas" son, de hecho , el colectivo mas racista, misógino e irrespetuoso de todos los que campan por nuestras calles. Doy gracias por haber sido uno de tus alumnos en la época previa a estos sucesos, aunque viví en el instituto el principio de los acontecimientos con amargura y asombro. Quizá no seguí tus consejos, pero a día de hoy me considero una persona formada, con inquietudes, con una pasión por la cultura y la comprensión del mundo que me rodea, y es, en gran , gran parte, gracias a profesores tan estupendos como tú. Aunque tuvieramos un oído en las chorradas de el de al lado y un ojo en alguna chavala, la oreja y el ojo restantes prestaban atención a aquéllas lecciones tan magistralmente explicadas, y al modelo de comportamiento, hombría e inteligencia que, al menos para mí, suponía tenerle enfrente, Don Enrique.

    P.D: Nunca ví a nadie tan cabreado como cuando se apunto más gente para ir a Port Aventura que a Atapuerca, sabiendo el trabajo que te costaría conseguir un viaje así. Ése día comprendí que estaba rodeado de bobos, y no quería ser uno más.
    Muchas gracias por todo, no olvidaré jamás el ejemplo que tú fuiste para mí. L.M.

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  2. Hola!! me encanta, me fascina la manera de explicar la realidad que ha pasado en todos los centros educativos de Oliver aunque unos cuantos la quieran obviar dándose medallas ellos mismos de lo bien que lo están haciendo.. solo hay que comparar el antes y el después en estos colegios y sobre todo en el Instituto, muchas gracias por expresarlo tan claro. Un saludo Enrique, una ex alumna de Maria Moliner.

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  3. Gracias Enrique por dedicar tu tiempo en publicar sobre el barrio, se el cariño qle tienes y porsupuesto estoy de acuerdo contigo tal y como hablamos el otro dia, creo qes un problema de educación y civismo qpara nada se soluciona haciendo guetos ni con subvenciones a cambio de nada, espero qentre todos prospere el sentido comun y no se tenga qapartar en payos y gitanos, qpodamos vivir en una comunidad basada en el respeto, sin racismo porq es la clase politica la qlos discrimina aunq ellos no lo crean debido a subvenciones y demas privilegios qdesde mi punto dvista son perjudiciales para ellos, PORQ EL BARRIO PROSPERE!!!!!UN ABRAZO(PACO)

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  4. No solo da miedo y asco ver como donde creciente ya no quieres o te atreves a pasear al perro y. Q los que amparan son los mas racistas y delincuentes con mafias o que las ayudan y lo vemos a diario que los que sufrimos y pagamos haciendo como podemos lo que ellos destrozan, viendo como si no eres de una etnia o raza no mereces ninguna alluda y encima callate la boca de 5crios o te llevas la paliza sino suya de sus padres ...quien esta desprotegido y desamparado?el ciudadano de pago a corriente que alluda a sus hijos en paro o los que nunca trabajaron? Por no nombrar la falta de respeto al progimo sea mayor o joven con vejaciones en el menú y de postre shhh calla que eres un chivato o un racista... Aquí no se puede vivir sin mínimo discutir porque. Le daban adrede al perro con. La pelota y digo al perro...y. EH , otra vez shhh COMISARIA. YA!!!

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  5. Desde la plataforma unidos de vecinos...le doy las gracias por plasmar el sentir de muchos vecinos desde hace muchos años. Gracias don Enrique Gil, y por supuesto seria un privilegio poder contar con usted en las mesas de educación de la plataforma.

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