¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

domingo, 15 de enero de 2012

Gitanos y educación.


Bandera gitana.
     En el año 2002, a través de un decreto de la Diputación General de Aragón se cambiaron las enseñanzas del IES María Moliner, en Zaragoza, para que  el profesorado del mismo pudiera salir de allí. Y no por dejar de estar conformes con su destino y  plaza docente, sino por una reivindicación permanente a las instituciones educativas de soluciones para no padecer una situación académica insostenible, en especial durante los últimos cinco años anteriores, a causa de los problemas generados por un alumnado marginal y, en su mayoría ya entonces, de raza gitana. La agradable relación y ambiente de los años anteriores entre profesores y muchos alumnos de los que he hablado en otras entradas anteriores se esfumó como por arte de magia. Más de una vez recibí el ánimo de nuestro compañero de matemáticas, y secretario del centro,  José Antonio Sánchez (yo ejercía de jefe de estudios junto a Isabel Cavero de directora) de escribir nuestra  ajetreada historia final en el instituto, labor que puede que acometa en el futuro.
     Mantengo datos muy frescos en mi memoria de los avatares y anécdotas, algunas dolorosas, que vivimos con muchos alumnos  que eran gitanos.  Y aún aparecen en mi mente más frescos cuando leo en la prensa de hoy,  15 de enero,  en “Heraldo de Aragón” noticias respecto a la educación que se dispensa a la población gitana y la escasez de recursos aplicados en conseguir objetivos y superar la ESO:
 http://www.heraldo.es/noticias/aragon/el_los_alumnos_gitanos_que_viven_aragon_supera_eso_172418_300.html
     Por eso, si leen con detenimiento esa noticia comprenderán que se enciendan en mí ciertas alarmas. El proceso de discriminación positiva que se hizo desde la administración educativa, tanto del PP como del PSOE, aunque con finalidades diferentes, hizo que un  dignísimo instituto de barrio como era el María Moliner haya terminado en ser hoy una especie de escondido armario de minorías étnicas, en especial la gitana, con supuestos profesores “superespecialistas” y aptos para tratar a las mismas, que en mi opinión, y por la información que he obtenido de allí desde  el 2002 que nos fuimos casi todo el claustro de profesores por lo anteriomente expuesto, no es nada más que un decorado educativo, incluso premiado oficialmente hace unos años por sus “logros formacionales”, y que no han hecho nada más que encubrir las deficiencias personales y grupales del alumnado. La adecuación de los instrumentos didácticos a la naturaleza del alumnado ha sido tan grande que resulta difícil ver su progreso y acercamiento a formas civilizadas y educadas, y su relación con los contenidos de la ESO, aun habiendo sido  aplaudidos los “logros” conseguidos por estos “marines educativos”.
Fachada IES María Moliner, Zaragoza.

     La falta de motivación de estos jóvenes gitanos, al parecer condenados desde su nacimiento a estar hacinados, recluidos y apartados de la misma sociedad que dice querer integrarlos, viene dada desde sus familias, lógicamente, pues no se ha avanzado casi nada en eso, y  además, en la “falta de apoyo”, según ellos, que se les ofrece en los centros educativos. Apoyo que, por cierto, y lo digo por experiencia, en general solo valoran si hay  dinero de por medio. Es necesario “pagar” una cantidad a sus familias por tener a sus hijos escolarizados; adaptarse a sus horarios y costumbres, pues no crean que están todos dispuestos a entrar al centro (a las 8.30h allí) como los demás y venir todos los días; Regalarles todo el material, no solo los libros de texto, y reponerles sus pérdidas; y aguantar a diario sus desprecios e insultos, como “payo de mierda” o “racistas” (que es su preferido) a cualquier hora y situación, como expresión de su idiosincrasia. Y por supuesto, los diseños curriculares deben ser adaptados a sus escasísimos intereses y conocimientos para llegar a tenerlos tranquilos y “entretenidos” sin que se generen en el aula situaciones  violentas de enfrentamientos entre ellos o con el profesorado.
     Habrá gente que considere que es así como hay que tratarles, que es lo que “necesitan” al proceder de situaciones sociales desfavorecidas y de marginalidad en muchos casos. De hecho, los sucesivos claustros de profesores que desde el 2002 han pasado por allí, en comisiones de servicio la mayoría para no tener que ir a su plaza como funcionario en un pueblo, aparentan, ante un equipo directivo sumiso ante la administración, y dicen que capaz y eficaz en integrar y tratar a esa población, que consiguen grandes avances educativos con el colectivo gitano, al que mantienen en el “guetto”  del barrio, bien recogido y sin salpicar a nadie.  No estamos de acuerdo con ese procedimiento, pero además está claro que a eso no se le puede llamar EDUCACIÓN, ni mucho menos  enmarcar eso en algo lleno de términos  propios de la ley  educativa que enmascara ese tipo de engaño oficial y social a esta gente. Y es que el error es de planteamiento. No es de recibo que se siga manteniendo a la población gitana escondida y apartada de los demás como si fueran apestados. Sobre todo cuando los centros privados concertados, al menos alguno del barrio, casi no recogen personas de esa raza, y si lo hacen duran poco tiempo. Pero la culpa no solo la tienen esos centros, que con sus artimañas consiguen de la administración que se consienta que los alumnos problemáticos, sin pedigrí, desescolarizados en años, sean destinados a la enseñanza pública, donde se les amontona. Así no se integra a nadie, y más teniendo en cuenta que la norma legal dice que los alumnos con necesidades educativas especiales (ACNES)  serán distribuidos por igual entre todos los centros subvencionados con fondos públicos. Respecto a esto algún inspector conocido como muy progresista contestaba que había que respetar la libertad de elección de centro de los padres, no viendo el pobre iluso, interesado, o actuando cual comisario político, que esa libertad de elección solo se ejerce en igualdad de condiciones. Si tengo que escolarizar a un hijo y las alternativas son un centro donde la mayoría son ACNES,  u otro en el que no hay ninguno, la decisión está clara como padre, pero no es una decisión libre, sino muy condicionada por las circunstancias.
     Esta situación no ocurre con otras etnias ni nacionalidades. Al contrario, en los centros donde conviven personas de los distintos países hispanoamericanos, o del este europeo o africanos, hay una corriente educativa muy diferente. Es cierto que la diferencia de niveles con los que llegan  hace difícil el educar adecuadamente a los distintos grupos, pero hay una base común, por lo general,  de respeto al profesor, de querer saber, o de intentarlo al menos, que difiere mucho de las peripecias docentes que se requieren para acercarse a un alumnado gitano. Deberían tener en cuenta también las asociaciones gitanas que su “integración” no puede convertirse  únicamente en “convivencia”, que en su particular idea se traduce en “que nos aguanten”. Y eso comienza por pedir ellos mismos que los separen en pequeños grupos  y  los destinen a centros diferentes, privados concertados y públicos, donde tener una referencia distinta a la que están acostumbrados en sus vidas y mucho más real. No pueden seguir existiendo guettos para ellos. Los hay felizmente integrados en la sociedad, pues algunos han comprendido que, y sin renunciar a sus tradiciones y rasgos culturales, los valores     de la sociedad paya moderna les son más útiles y convenientes . Si no se deshace su particular aislamiento, muchos de los jóvenes gitanos actuales, sus hijos y los hijos de sus hijos darán pie a que se escriban dentro de muchos años el mismo tipo de artículos en el periódico que ahora.  De lo contrario se seguirán produciendo situaciones racistas e indignantes, y pongo como ejemplo ésta pero recuerdo cientos, como la que un chaval de raza negra tuvo que abandonar el instituto después de recibir una paliza de sus considerados compañeros gitanos. La razón: “es que estos negros nos van a quitar el puesto” ¿?.
      Si se consideran españoles y europeos, como ellos dicen en el artículo periodístico, deben vivir como los demás, o al menos intentarlo. Y si necesitan ayuda, se les presta, pero no a cambio de nada. Hay unos mínimos sociales que todos debemos cumplir, y el  de conseguir la educación necesaria para integrarse es, en mi opinión, prioritaria. Y en eso queda mucho por hacer.





4 comentarios:

  1. CON DOS COJONES!!!!!!!!!!!Perdonar la expresión, pero es lo que siento, ojala todo el mundo tuvieramos narices a coger el toro por los cuernos y decir las cosas tan claras, es asi tal y como lo vivimos en el instituto por mucho que politicos y demas hipocritas nos quieran hacer ver.ERES EL MEJOR ENRIQUE, UN ABRAZO.PACO NICOLAS

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  2. A Paco Nicolás:
    Paquito: tú siempre tan expresivo y claro. Gracias por tu apoyo conceptual y por hechos que seguro que recordamos los dos, como cuando tuviste que ir a por tu cámara de fotos para "inmortalizar" un día la pila de mesas y sillas, con papeles a medio chamuscar por el intento de pegarles fuego en un aula ¿te acuerdas? De todas formas, por nuestro bien y el de ellos, hay que hacer algo, aunque sea en plan de denuncia, y sin demagogias, para que esa gente viva sin tanto retraso social. Un abrazo.
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  3. Sólo voy a hacer referencia a tus comentarios sobre los profesores en comisión de servicios. Una parte de ellos son vocacionales que se merecen toda mi admiración y respeto. Otra parte, a la cual pertenezco, estamos aquí como bien dices por no viajar (si bien hace años que ya tenemos nuestra plaza en Zaragoza); pero, una vez en el instituto, nos dejamos la piel día a día para estar a la altura de lo que los alumnos y los compañeros se merecen. No sé qué te lleva a no quitarte de la cabeza el María Moliner. Si tanto te preocupa, moléstate en conocer a los profesionales que trabajan aquí antes de intentar ofender.

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    1. En primer lugar, si yo le dijera eso que tú dices a alguien tendría la gallardía de poner mi nombre, y no firmar como "anónimo". En segundo, el reconocer un cierto tipo de admuración y solidaridad con esos profesores que se dedican en cuerpo y alma a este tipo de alumnado es reconocer la necesidad de que sigan existiendo sitios así, también llamados guetos, que solo sirven para justificar las necesidades personales de satisfacer su ocluto e inexplorado impulso misionero, o místico, lo que se confunde habitualmente con prestar servicios en la función pública. La mayor parte del profesorado no oposita para servir, que no educar ni enseñar sus especialidades, a gente que necesita otro tipo de acción sobre ellos. La labor necesaria es más propia de cualquier ONG que, con presupuestos estatales también, dicen que solucionan, o lo intentan, la vida de los demás. La labor docente es otra cosa. El que quiera dedicarse a las labores sociales misioneriles que se dedique, pero que no haga comulgar a los demás con ruedas de molino diciendo que esa es la necesaria labor docente de nadie. A los ACNEES hay que repartirlos y tratarlos adecuadamente, y dudo mucho que gente sin vocación y formación adecuada, solo impulsada por razones relacionadas con la antiguamente llamada misericordia, sepa hacer algo por esta gente desfavorcida. Gracias "anónimo" por compartir tus "ideas".

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