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Arrecife coralino actual. |
Son bien conocidos por su estado de conservación y espectacularidad
los arrecifes fósiles de Jabaloyas, en
la provincia de Teruel. Y en la lindante comarca valenciana del Rincón de
Ademuz también se han descubierto y estudiado,
en concreto junto a la población de Arroyo Cerezo, restos bien conservados de
arrecifes coralinos, también del Jurásico superior.
Hace más de 150 millones de años la isla que denominamos ahora como Iberia, se situaba en el lado oeste del famoso mar del
Tetis, abierto hacia el este, y próxima a la apertura del Atlántico norte,
separando los actuales continentes europeo y americano. Durante muchos millones
de años las subidas y bajadas del nivel del mar, relacionadas con los cambios climáticos
de entonces, permitieron el avance y retroceso de la línea de costa jurásica,
con el consiguiente depósito de materiales carbonatados en su fondo y la
proliferación de organismos capaces de construir estructuras arrecifales bien
desarrolladas debido al clima tropical reinante.
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Situación geográfica de Arroyo Cerezo en el Rincón de Ademuz (Valencia). |
A juzgar por los arrecifes de coral actuales, la
construcción carbonatada de los mismos se debe a la simbiosis entre corales y algas, que facilita la formación del propio
esqueleto coralino. Teniendo en cuenta que los factores limitantes de su formación
son la temperatura y la luz (tropical para el primero y la existente a no
más de 30 metros de profundidad para el segundo), los arrecifes fósiles representan unos
excelentes y fiables indicadores paleoecológicos. Además, una característica a reseñar de estos
arrecifes es que en la formación de su esqueleto calcáreo también intervinieron
otros organismos además de los propios corales,
sobre todo esponjas calcáreas (estromatopóridos) y cianobacterias.
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Barranco de Arroyo Cerezo. En la ladera norte, la de la izquierda de la imagen, es en la que afloran los arrecifes jurásicos. |
Aunque la
conservación de estos pináculos recifales es buena hay cierto nivel de rotura
en los mismos debido a dos procesos de diferente naturaleza. Por un lado la
acción mecánica del oleaje, y por otro una posible bioerosión debida a la
acción de otros organismos, como moluscos bivalvos. Los numerosos fragmentos
coralinos fijados entre ellos por la acción de las cianobacterias se consolidan
y fijan como gran estructura por relleno de sus huecos con material carbonatado
precipitado de un visible color amarillo.
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Vista general del corte de materiales jurásicos donde se localizan los pináculos de arrecifes. |
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Pináculos coralinos formados por corales y esponjas calcáreas. (.) |
Si se observa la vertiente norte del barranco de Arroyo
Cerezo se distinguen varios altos pináculos recifales (de hasta 8 m),
resultado del ascenso paulatino del nivel del mar, lo que facilitó su gran
crecimiento vertical. Cubriendo estos
pináculos hay también depósitos carbonatados en estratificación horizontal
aparente resultado de la diagénesis de arenas carbonatadas formadas por
oolitos, es decir, partículas milimétricas formadas por precipitación
carbonatada entorno a un núcleo, originadas en un medio sedimentario agitado
como el de una zona de oleaje costero. Más arriba de la serie, al límite del
barranco, los niveles calcáreos están formados por acumulaciones de oncolitos,
es decir, partículas esferoidales de hasta 5 cm de tamaño formadas por láminas
concéntricas de cianobacterias alrededor de un núcleo carbonatado.
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(.) |
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Vista parcial de los pináculos arrecifales de Arroyo Cerezo. Ángel Zaragoza Luz nos da una idea de sus dimensiones. |
A finales del Jurásico y comienzos del Cretácico se
continentaliza la zona por retirada de la línea de costa, quedando registro
sedimentario y fósil de tipo continental, como los restos de dinosaurios de
Riodeva y Aras de Alpuente. Durante el Cretácico superior vuelve el mar con
depósitos marinos. El relieve actual, corresponde a la incisión lineal producida por una importante red de drenaje que actúa sobre materiales
mesozoicos y cenozoicos fuertemente
deformados. Esta deformación no es puntual sino que se genera en diferentes
episodios tectónicos ocurridos en el transcurso de la Orogenia Alpina desde
finales del Cretácico.
Nota: Las imágenes marcadas en su pie de figura con el signo (.) han sido modificadas de:
2015. Santisteban, C; Aurell, M; Bádenas, B. Arroyo cerezo: Arrecifes y arenas blancas tropicales de finales del Jurásico. Texto divulgativo del Geolodía 15 (Valencia). 8 págs. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
Nota: Las imágenes marcadas en su pie de figura con el signo (.) han sido modificadas de:
2015. Santisteban, C; Aurell, M; Bádenas, B. Arroyo cerezo: Arrecifes y arenas blancas tropicales de finales del Jurásico. Texto divulgativo del Geolodía 15 (Valencia). 8 págs. Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).
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