Parece ser que el petróleo detectado frente a las costas de
Fuerteventura y Lanzarote va a ser sacado de las entrañas de la Tierra a partir
de mayo de 2014. Este se encuentra bajo varios centenares de metros de
sedimentos terciarios situados a más de 1000 metros por debajo del fondo marino en esa zona. Los sondeos realizados
se localizan a unos 60 km de las costas canarias, y casi a 100 km de las
africanas.
Según El País (14 de noviembre): “Repsol estima que los
yacimientos de Canarias pueden albergar unos 898 millones de barriles de crudo
(el pronóstico más optimista eleva esa cifra a 2.277 millones), capaces de
abastecer el 10 % del consumo del país y de rebajar las facturas de España en importación
de crudo en 30.000 millones de euros en los próximos 20 años”.
Pero no va ser fácil el convencer a las autoridades
canarias, que además de ser guiadas por los consejos medioambientalistas de
Ecologistas en Acción y Greenpeace, argumentan datos que se enfrentan
directamente con la vertiente social del concepto de desarrollo sostenible.
Veamos. Se esgrime con fuerte vehemencia que se tiene miedo a un vertido de
crudo al mar cuando se saque, con el consiguiente posible deterioro de los
ecosistemas marinos (dicen de túnidos y de paso de cetáceos) de esas aguas.
Desde luego es correcto exigir el estar
vigilantes y con el compromiso de pronta y correcta actuación en caso de
accidente o vertido incontrolado al mar, aunque en mi opinión ese riesgo no
debe invalidar el proyecto. Se dice, además, que las plataformas petrolíferas van a afear
la bonita vista desde las islas, por lo que no se controlará de ninguna manera
posible el gran impacto visual que allí
se va a producir.
Pues bien, sin ánimo de ofender a nadie ni de pensar que los
dirigentes canarios no saben lo que dicen (lo de las oenegés ecologistas es
otra cuestión…) está claro que no se enteran de varios puntos. El primero, y
aunque hay que reconocer que el impacto visual puede ser molesto, ese
inconveniente óptico no deja de ser eso, algo visual, poco hiriente con el
medio ambiente, aunque desde el mundillo conservacionista muchos se rasguen las
vestiduras por ello. Y en segundo lugar, habría que pedirles a esas autoridades
que se pongan a reflexionar un minuto (supongo que no es mucho…) para que se
den cuenta de cómo se desplazan ellos desde las preciosas islas Canarias al
resto del mundo, y viceversa. Y lo que es más, cómo quieren que vayan, o sigan
yendo, los 5 millones de turistas que les dan de comer. Que yo sepa casi todo
el mundo viaja a las islas en barco (pocos) o en avión, que precisamente no van
a pedales. Necesitan un carísimo combustible, contaminante como pocos, que
llenan los depósitos de esas naves. ¿El impacto ecológico que se produce en el
lugar de la extracción del petróleo que sirve para hacer el combustible con el
que funcionan los aviones que viajan a las islas (perdón por el pedazo de frase…)
, y que aquí quieren evitar a toda costa, les importa poco? ¿Es que tienen una
conciencia ecológica selectiva? ¿Querrían quedarse sin turistas, porque no
puedan ir, por conservar intactos esos yacimientos de petróleo en sus lugares
de origen? ¿Les llevarán en larguísimas travesías desde la península los
productos naturales, los de comer, perecederos ellos, que allí no tienen? Porque,
salvo plátanos, el resto de alimentos además de casi todo lo demás, ¿de
dónde los consiguen? ¿Van flotando sobre
las aguas? Y por último, ¿es posible que alguien sensato quiera que en estos
momentos sociales en los que vivimos se pongan por delante esos excesivos,
puntillosos e insolidarios prejuicios medioambientales ante la posibilidad de
sacar petróleo de nuestro subsuelo? Exijamos un severo control y seguimiento ecológico en el proceso de extracción y manipulación del producto, y cuidado extremo del entorno y sus ecosistemas, pero sin crear alarmismos innecesarios ni hacer demagogias baratas. Vivimos como vivimos gracias al petróleo, y ellos, los canarios, sobre todo. ¿Cómo vivirían allí sin ese recurso geológico?
¿De qué va esta gente?
Turistas llegando a Canarias. |
Completamente de acuerdo, además de buenismo se exige ser coherente cuando se trata de asuntos serios.
ResponderEliminarGracias José Antonio. Ya sabes que el "buenismo", que habitualmente se ha confundido con ser "justo" y democrático, ha hecho mucho daño en la toma de decisiones coherentes. Un abrazo!
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