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Fragmento de "Aquelarre", de Goya. |
En este blog realicé
no hace mucho tiempo una entrada respecto a los arrecifes jurásicos de
Jabaloyas (http://dejadmevivir.blogspot.com.es/search/label/Jabaloyas). Ese magnífico afloramiento situado junto a esa localidad, desconocido por el público no iniciado en
temas paleontológicos, invita, junto a otros
elementos geológicos de este entorno, a adentrarse en las sugerentes leyendas y mitos que desde
hace muchas centurias han caracterizado como “esotérico” el lugar.
Jabaloyas se sitúa en la turolense Sierra de Albarracín,
diferenciándose del resto de las poblaciones de esta comarca por las peculiares
edificaciones que allí se han levantado. Sobre materiales del Jurásico y
Cretácico (el vecino monte Jabalón se modeló en estratos cretácicos) se
extiende, a más de 1400 metros de altitud, el caserío de Jabaloyas. Lejos de
ver una uniformidad y alineamiento de casas formando calles, sorprende una
distribución casi caótica de sus edificios, impropio del urbanismo de la zona.
En ese casco urbano destaca la imponente Casa de La Sirena, con decoración
exterior realmente sorprendente, o la Casa de los Diezmos, con un cerrado atrio
porticado. Pero lo que realmente sorprende
de Jabaloyas es su impresionante iglesia de Nuestra Señora de la
Asunción, de los siglos XV y XVI.
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Iglesia fortificada de Jabaloyas. |
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Iglesia amurallada de Jabaloyas. |
Cuando alguien nombra a Jabaloyas por la provincia de Teruel
y los alrededores, casi todo el mundo lo denomina como el “pueblo de la
brujas”. Y siempre hacen referencia a los aquelarres que las brujas de la zona
realizaban en la cima del próximo monte
Jabalón, de 1695 metros de altitud. Pero nadie sabe más del asunto, o eso dicen
al menos. Sin embargo, un paseo por el pueblo y sus cercanías te hace
comprender que esos mitos, leyendas, o consideraciones, no son imaginadas por mentes calenturientas. Creo que
realmente hay datos o elementos suficientes en Jabaloyas como para pensar que
allí hay, hubo, o pasó algo, digamos, trascendente (o no), pero que dejó huella
en sus vecinos. Huella como para que pensaran que debían reflejar en sus
construcciones una serie de marcas o señales identificativas de una
situación personal o familiar especial,
cuando no elementos claramente defensivos, como algunos de los que ahora veremos.
Si analizamos con cierto detalle algunos de los elementos
naturales o hechos por la mano de hombre en Jabaloyas, debemos empezar
comentando la creencia por parte de algunos de que el monte Jabalón es una
protuberancia rocosa hueca donde se refugiaban o practicaban rituales las
famosas brujas de Jabaloyas. Geológicamente ese monte es el resultado de un
modelado de la superficie terrestre por varios agentes, como el agua, el hielo,
y el viento, que actúan conjuntamente sobre el relieve originado desde hace más
de 40-50 millones de años tras la deformación tectónica, la Orogenia Alpina,
que se desarrolla fundamentalmente durante la era Terciaria, hasta finales del
Oligoceno.
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Fragmento ampliado del mapa topográfico nacional a escala 1:50.000, hoja nº 589,
con la toponimia de Barranco y Hoya del Diablo. |
Pero las tradiciones esotéricas que en Jabaloyas se conocen
no se restringen solo al monte Jabalón. Si observamos el mapa topográfico de la
zona (hoja nº 589, a escala 1:50.000) vemos que a menos de 1 km del pueblo la
denominación toponímica señala el peculiar nombre de, por separado, Hoya y
Barranco del Diablo, no muy habitual, por lo repelente en épocas pasadas, en la
adjudicación de nombres a los lugares naturales. Si nos adentramos ahora en el pueblo
veremos en sus hermosas casas de piedra
numerosos escudos que no son los “típicos” escudos nobiliarios. En la llamada Casa
de La Sirena, puede verse un escudo central con la representación
labrada de una sirena (¿?) con un peine y un
espejo en cada mano, además de dos escudos en ventanas laterales con una luna y un sol; y otras casas con
extraños escudos que más bien parecen todos ellos extraídos de las cartas de un
tarot ancestral. Por otro lado son bastantes los edificios con dinteles de sus
puertas decorados con las iniciales JHS (Jesucristo Salvador de los
Hombres) de clara significación cristiana. Y otros, con herramientas del campo
y de herrería, de fácil identificación con la imaginería masónica. O la fuente
del pueblo, dotada de una protección arquitectónica poco habitual, de la que
mana un agua de naturaleza “sulfurosa”.
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Casa de la Sirena, en Jabaloyas.
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"Sirena" con peine y espejo en las manos.
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Luna, en Casa de la Sirena. |
Sin embargo, es la iglesia de Jabaloyas la que presenta
mayor acumulación de signos “raros” o extraños respecto a lo que es habitual en
otros pueblos. Se trata de una iglesia de fábrica renacentista, de una sola
nave, con reminiscencias góticas, visibles en su bóveda y decoración interior y en los restos de una
girola de la que se puede ver solo la
mitad. La nave, muy alta, acaba en bóveda de crucería que representa un “falso” techo, pues encima de
esa bóveda hay inexplicablemente otro tramo de similar altura al inferior que está allí,
hueco, por debajo del tejado exterior. Además la iglesia está protegida con una
muralla exterior que la rodea provista de numerosas almenas y saeteras (¿tan necesaria era en esta
zona en el siglo XVI?).
Aunque lo más significativo de la iglesia es, sin duda, la
torre. Es de planta cuadrada, de más de 8 metros de lado, siendo realmente
alta, de más de 35 metros. Sus peculiaridades saltan a la vista: más de la
mitad en altura de la torre resulta ser completamente maciza, pudiéndose
acceder hasta el hueco de campanas
superior por una estrecha escalera de caracol, hecha en piedra, situada en el
centro mismo de la torre. Esta escalera se caracteriza por poseer un pasamanos
muy especial, pues se trata de una estructura a modo de cinta de sección
ovalada que recorre todo su trayecto. Se asemeja mucho a otras escaleras con reconocidos significados
esotéricos que aparecen en ciertos edificios del Camino de Santiago donde se
representaba la supuesta emanación desde
el interior de la Tierra de “fuerzas extrañas” o “telúricas” representadas por
una gran serpiente ascendente. Por encima del cuerpo de campanas, la torre
acaba en un techo plano con una gárgola animalista en cada esquina como
desagüe, sobre el que se “levanta” una peculiar estructura final: un cilindro hueco
de sillares pétreos terminado en cupulín, a modo de linterna, que podría
servir como referente luminoso desde
zonas alejadas del pueblo. Pero, esa estructura, ¿para qué? ¿A qué lugareños o
labradores había que dirigir, con un elemento tan peculiar, cual faro, en el
monte en los siglos XV y XVI? Lo curioso es que si vemos la Torre de Hércules
de La Coruña, edificada por Carlos III en el siglo XVIII, comprobamos que, salvando sus grandes
diferencias estéticas, son “casi” idénticas. En La Coruña un faro cumple su
función, está claro, pero en Jabaloyas no resulta muy convincente la necesidad o
utilidad de este edificio, que resalta poderosamente junto al caserío del
pueblo por sus grandes dimensiones y contundencia constructiva.
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Disperso caserío de Jabaloyas (Teruel). |
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Iglesia de Jabaloyas. Nótese la gran altura de la nave
y el cupulín encima de la torre. |
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Faro de Hércules, en La Coruña. |
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Aspillera defensiva en la muralla de la iglesia. |
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Tramo alto de la torre. Gárgolas y cupulín a modo de "faro". |
Se puede creer o no en los significados esotéricos de las
construcciones de Jabaloyas; se podrá pensar que todo son rumores, mitos o
parte de una tradición oral fantasiosa que ha pasado de generación en
generación, pero una visita a esta localidad de la Sierra de Albarracín no deja
indiferente a nadie. ¡Compruébenlo!
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Fuente sulfurosa de Jabaloyas. |
Muy interesante artículo sobre Jabaloyas, es un pueblo lleno de misterios
ResponderEliminarThis is great!
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