En el desierto del Sáhara, estas peculiares
formas se conocen desde tiempos remotos. Fueron descubiertos por los pueblos
nómadas de una manera muy curiosa: cuando las caravanas se detenían para beber
y descansar, los dromedarios orinaban con tal fuerza que desplazaban la arena
superficial, dejándolas al descubierto, por lo que durante mucho tiempo se creyó que la
orina de los animales era la creadora.
La rosa del desierto es una singular
variedad mineral de yeso, sulfato cálcico hidratado, muy difundida en la
naturaleza bajo diversas formas. El color depende directamente del de la arena
en la que se ha formado; así, la mayoría que existen son rosas blancas y rojizas, como las del Sáhara y
otras de color negro como las formadas en arenas de los desiertos de Argentina.
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Extracción de Rosas del Desierto en Túnez
para su comercialización. |
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Mercadillo callejero en Tozeur (sur de Túnez) con puesto de venta de Rosas del Desierto. |
Se trata de un material sedimentario de
origen evaporítico cuyas condiciones de formación giran en torno a ambientes
muy cálidos y áridos, con influencia lacustre con aguas ricas en sales. El proceso
de intensa evaporación, junto a la estabilidad del depósito, facilita la
cristalización de formas lenticulares de
yeso con abundantes inclusiones de finos granos de arena que colorean el cristal.
El crecimiento coetáneo de diferentes lentículos, que se entrecruzan y cortan
sus caras, ofrecen un resultado final parecido visualmente a una rosa, razón
por la que reciben el nombre de Rosas del Desierto.
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Rosa del Desierto. Los Mansuetos (Teruel). |
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Detalle de los "pétalos" de las rosas de Teruel. |
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Rosas de Teruel. |
Las rosas que aquí presentamos tienen una peculiaridad especial. Han sido obtenidas en niveles estratigráficos de la zona cercana a la ciudad de Teruel denominada Los Mansuetos. Estos niveles corresponden a depósitos sedimentarios del Turoliense, división cronoestratigráfica allí definida, entre 8,7 y 5,3 millones de años, en base a importantísimos hallazgos de fósiles de mamíferos, en los que Teruel es referente mundial. Por tanto estamos hablando de rosas del desierto en niveles del Mioceno final, las cuales presentan una especial cristalización en pequeños “pétalos”, de no más de 3 ó 4 centímetros, y de una acusada transparencia. Pero además, y por último, quiero aquí resaltar el hecho de que el yacimiento de rosas en cuestión me fue enseñado y descrito personalmente hace años por el hermano Rafael Adrover, paleontólogo ya fallecido del colegio La Salle de Teruel, a quien tanto le debe la paleontología de mamíferos.
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