En los centros educativos reciclamos papel
hace muchos años. Y pilas. E intentamos educar en una conciencia medioambiental
que ya quisieran ejercer muchos grupos ecologistas en sus organizaciones. Sin embargo no suele
haber consenso en el claustro de profesores respecto a lo que hay que hacer con
el uso debido de la calefacción. Dentro de pocas fechas los centros pondrán en
marcha sus potentes calderas, muchas de ellas a gasoil, para templar pasillos y
aulas.
Durante varias semanas, hasta navidades, habrá
horas de la jornada lectiva en la que hará falta abrir las ventanas para poder
respirar y refrescarse un poco. Será insoportable el estar allí dentro con un
buen puñado de alumnos (entre 25 y 30, ó más…) a una temperatura que puede
alcanzar al mediodía los 30 grados. Pero no se te ocurra decir (como se me
ocurrió hace un tiempo) que si fuéramos en invierno con una prenda de más
abrigo podríamos conseguir varios beneficios: ahorrar combustible, estar en mejores
condiciones ambientales en clase, y además (lo más convincente y ecológicamente correcto) reduciríamos la emisión de CO2 a la atmósfera en un 8% por
cada grado que se baje el termostato.
Las miradas asesinas que recibí de muchos de mis recicladores compañeros aún me
duelen. Por no nombrar las descalificaciones de otros. No me extrañó nada. Lo
único que me sorprendió fue que no recibí el apoyo de los que de forma permanente
estaban dando la vara y aleccionando a los demás con el reciclado y uso justo de papel (respecto
a lo que no hay nada que objetar…) y, sobre todo, con los que se quejan y usan
(poniendo caras de gran preocupación) el mediático tema de la reducción del
grosor de hielo de los glaciares
pirenaicos como consecuencia del exceso de calentamiento en el planeta. Pero cuando
les toca a ellos aportar su granito de arena, nada de nada. Prefieren colocarse
la chapita de Greenpeace sobre una fina camisa que sobre un grueso jersey de
lana. Les queda mucho mejor…, ¡no hay duda!
No sé si este año conseguiremos algo al
respecto pero se volverá a intentar. La esperanza no se pierde.
Está de moda salir a la calle con una careta verde, pero una careta es una careta. Una pena.
ResponderEliminarÁnimo este año!!