Ermita de san Frutos. Hoces del río Duratón (Segovia). |
El
Parque Natural de las Hoces del Duratón, situado en la provincia de Segovia,
suele ser un foco de atracción turística para muchos, especialmente madrileños. Además de ofrecer un paisaje
espectacular pueden contemplarse allí una de las especies de aves más
repudiadas socialmente, a la vez que atrayente, como es el buitre. Numerosos
ejemplares sobrevuelan al visitante sin
verse intimidados, seguramente
intentando vislumbrar restos orgánicos que pudieran servirles de alimento.
A la entrada de las Hoces varios paneles
expositivos muestran el recorrido del río Duratón por sus famosos meandros
encajados, así como la descripción somera de las especies vegetales y
faunísticas que allí pueden encontrarse. En el punto más visitado del parque,
junto a los restos de la ermita románica de monasterio de san Frutos, se indican en otro panel datos
históricos y artísticos de ese conjunto arquitectónico, pudiendo dentro hacer
de rodillas por detrás de un altar la denominada “vuelta a la piedra” para
poder mejorar y/o prevenir problemas de hernias inguinales, eso sí, solo para
los varones, según el guía-cuidador del monumento.
Final del embalse de las Hoces del Duratón, con la presa al fondo. |
Desde
este precioso lugar se ven pasar por el agua embalsada del Duratón numerosas
canoas y piraguas que sirven para que los más atrevidos practiquen de alguna
manera un tan actual deporte “de aventura” similar a los de aguas más bravas de
los Pirineos. A lo lejos se ve claramente la presa que ha cerrado el estrecho
valle del río haciendo de barrera formacional de este paisaje acuático.
Toda
esta introducción nos sirve para poder hacer varias consideraciones que pueden
ser útiles para los que buscan visitar y disfrutar en sus ratos de ocio de
parajes naturales. Desde luego, y lejos de quitar ni un ápice de interés a la
visita a este parque natural, y menos de tachar de poco atrayente y bello el
entorno que allí se contempla, es necesario
dar algún “tararí de atención”, como antiguamente se decía, a los que creen que están contemplando un
entorno completamente natural.
En
primer lugar, ese paisaje que tanto aprecian muchos asfixiados ciudadanos ha
surgido como consecuencia de la construcción de una presa de agua en este
paradisíaco paisaje. ¡Antes no era así, en absoluto! Por tanto ese entorno es una vez más,
el resultado de una acción antrópica,
usando los elementos naturales
presentes, la cual ha modificado drásticamente el paisaje natural
primigenio del sitio. Es un entorno convertido en un parque ciudadano más, pero
más alejado, en la provincia de Segovia.
En segundo lugar, en ningún cartel expositivo se hace mención a la naturaleza
geológica del entorno: ni que lo que se ve son meandros encajados en caliza debido
a la importante incisión lineal del río; ni que su estratigrafía comprende
varios tramos de niveles calizos, horizontales o subhorizontales, con episodios
de falta de registro, y su significado geológico; o de la existencia de
abundantes farallones rocosos en las proximidades del cauce con rasgos de
erosión alveolar…, nada de nada. Parece que el contexto geológico no haya
tenido nada que ver en la formación de este cañón.
Todo
esto no es nuevo. Es una muestra más de la escasa importancia que se da a la
geología en el contexto de lo “natural”.
Sigue siendo urgente ahondar en
estos temas en los correspondientes ambientes educativos. Estoy
convencido que es la única forma de revitalizar esta parcela de las ciencias
naturales. Se ha hecho mucho en los últimos años, aunque no lo suficiente, está claro.
Seguiremos. Lo del piragüismo como entretenimiento que permite acercarte más a
la naturaleza lo dejaremos para otra ocasión.
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