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Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Atapuerca: ¿enterramientos en la Sima de los Huesos?



Homo heidelbergensis. Reconstrucción.

 
     Mucho se ha escrito en los últimos tiempos sobre la edad de los restos humanos encontrados en la Sima de los Huesos de Atapuerca. Los paleoantropólogos  responsables de ese yacimiento acaban de modificar la edad de los humanos allí encontrados, una vez más, y esta vez llegan  hasta casi los 600.000 años. Es necesario recordar que la costra estalagmítica que recubría el sedimento de la sima fue datado en los primeros estudios que se hicieron en  cerca de  350.000 años, lo que resulta un tanto paradójico con la nueva datación.
 
      En un artículo anterior de este blog introduje la idea del solapamiento y acuñamiento de niveles sedimentarios, y con finos lechos de costras intercaladas, que se suceden en el relleno de la sima. No tenemos ningún motivo para dudar de la veracidad de los nuevos datos ofrecidos en cuanto a la edad registrada en la sima obtenidos con diferentes métodos, pero la existencia de varios niveles de costra, o rezumes carbonatados,  datables, sugiere edades diferentes (se han dado ya varias) para los episodios de sedimentación, y para sus fósiles englobados.  Eso, a mi juicio, pone en duda el monolitismo ofrecido en cuanto a la datación, aunque cambiante, de unos restos humanos (de casi la treintena de individuos),  pues bien podrían corresponder los fósiles a diferentes poblaciones humanas, sucesivas, y por tanto de distinta edad.
 
¿Enterramientos?
    
      Pero además de esta discusión sobre la edad del relleno de esa cueva, la explicación de cómo llegaron hasta allí los restos humanos y de osos también es objeto de interpretaciones un tanto fantásticas. La idea más divulgada se centra en explicar dicha acumulación ósea a través de ritos funerarios humanos. Oficialmente se estableció la existencia en Atapuerca de una ancestral tradición  funeraria en la que los humanos preneandertales (Homo heidelbergensis) eran capaces de honrar a sus muertos con ciertos ritos consistentes, en esencia, en un “enterramiento” basado en arrojar sus restos al fondo de esta sima de casi 17 metros de profundidad. Una de las pruebas que apoyarían estas ideas sería el hallazgo entre los sedimentos y huesos de un bifaz de cuarzo (el famoso “excalibur”) considerado como ofrenda especial a esos muertos.
 
Bifaz de piedra: "excalibur".
 
     La verdad es que esta cinematográfica hipótesis queda hasta bonita. A no ser por la coincidencia de que  ese mismo sedimento haya ofrecido miles de huesos de oso (Ursus deningeri), los cuales no parece muy posible que nadie los echara allí a propósito. Esta hipótesis del enterramiento podría quedar más bien como idea exótica y pionera en el mundo entero en cuanto a una posible reconstrucción paleoecológica y comportamientos humanos se refiere de los homínidos de Atapuerca.
 
     Se  han pensado otras posibilidades a la hora de explicar el origen de  la amalgama de huesos de la sima. Una de las ideas muy a tener en cuenta, en mi opinión,  es la de acumulación de restos por la llegada de flujos masivos de sedimentos con  humanos y osos como consecuencia de avalanchas de sedimentos producidas en el interior de la cueva. Estas se producirían a causa de  episodios exteriores de lluvia torrenciales, puntuales pero intensos, cuyos lodos arrastraban  los restos humanos desde las amplias salas kársticas situadas en cotas por encima de la sima. Además, no han aparecido ejemplares humanos completos en el relleno de  la Sima de los Huesos, solo un 40% de los  esqueletos aproximadamente, lo que desmantela la hipótesis de los enterramientos voluntarios de cuerpos muertos. ¿Qué pasó con el resto de las piezas esqueléticas? También la presencia masiva de osos (aunque no son la única especie registrada) se puede  justificar con el mismo argumento de arrastre por lodos  de restos acumulados en oseras del interior de la cavidad. La depredación y/o carroñerismo interespecífico permite explicar la asociación de estas especies en el yacimiento.
 

Esquema de la Sima de los Huesos. Atapuerca.
 
 
     Emiliano Aguirre, primer director del Proyecto Atapuerca entre los años 1979 y 1990 y Premio Príncipe de Asturias a la Investigación Científica y Técnica de 1997, y a cuyo equipo tuve el honor de  pertenecer, ha argumentado y expresado en numerosas ocasiones la posibilidad de la depredación y arrastre posterior de restos humanos y de osos. El gran proyecto de investigación de la Sierra de Atapuerca se vio sometido desde la jubilación de Emiliano Aguirre en 1991 a una codirección que es responsable de lo que mediáticamente se ha dado a conocer de ese yacimiento, incluida la hipótesis de los enterramientos rituales de humanos en el fondo de la Sima de los Huesos. Pero quedan muchos datos poco explicados o muy confusos. ¿Cómo se explica en un enterramiento humano masivo la ausencia de casi el 60% de los cuerpos estando el 40% restante con signos de mordidas en sus huesos por otros animales? ¿Y la acumulación masiva de osos en el mismo lugar? ¿Y cómo se justifica paleontológicamente la amalgama, cual barro “granosostenido”,  de tantos huesos en general, en un poco potente sedimento arcilloso? ¿Y por qué no se diferencian niveles o subniveles  en ese registro estratigráfico cuando son (eran…) totalmente reconocibles? ¿No se han visto? ¿Y qué explicación se da a la falta significativa de otras especies de mamíferos grandes en ese relleno? Esta y otras muchas preguntas deben ser seriamente contestadas a la sociedad por el colectivo científico responsable del estudio de Atapuerca en la actualidad.

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