Cordillera del Himalaya. |
Esos
son los kilogramos de basura que las autoridades nepalíes exigen ahora a los
alpinistas que bajen de la cima del mundo, en el Everest, cada vez que suban.
Parece mentira pero es verdad. Miles de toneladas de basuras se esparcen por
las montañas del Himalaya dejadas por los muchos montañeros que suben hasta
allí, no sé muy bien para qué.
¡Basuras ecológicas! |
Resulta
que en muchas ocasiones los estamentos públicos subvencionan generosamente a
estas cuadrillas de héroes mediáticos para
que cumplan sus sueños subiéndose a las montañas más altas del planeta, como
las himalayas. Y está claro que no suben “a pelo” ya que para llegar a más de
8.800 metros de altura hacen falta unas infraestructuras y medios materiales, además de la ayuda humana de los locales, que solo se
consiguen en el mundo occidental. Mochilas, vestimentas sintéticas, calzados
especiales, cuerdas, alimentos casi imperecederos, dispensadores de oxígeno,
además, dicen ellos, de mucha “preparación psicológica”. Nada de lo que parece
ser necesario para subir tan alto tiene tintes de “natural”. Todo ello es
fabricado con ese fin desde los más especializados talleres europeos y
norteamericanos que se encargan de utilizar las
tecnologías más avanzadas para que estas gentes puedan clavar en lo más
alto del mundo la banderita de su país, comunidad, ciudad , o de la empresa que subvenciona.
Cadáver humano en las faldas del Everest: ¿basura? |
Toda la
parafernalia montañista puede ser admirada o criticada. Puede parecer algo
“normal” o una extravagancia. Puede parecernos incluso una actividad deportiva
(es como nos lo venden). O incluso la consecución de grandes logros para la
especie humana al demostrar que algún
ejemplar de la misma (cada vez más) es
capaz de llegar a la cima del mundo, ¡casi nada! Pero lo que resulta alarmante
desde un punto de vista medioambiental es la gran incoherencia que supone el
practicar el montañismo, actividad aparentemente teñida de amor por la naturaleza, y
pertenecer al colectivo que causa uno de los mayores impactos ecológicos sobre
la montaña. Las toneladas de basura (principalmente inorgánica) dejadas al aire
libre en las laderas del monte, en especial en la cordillera del Himalaya, además de abundantes cadáveres humanos, no es de recibo ni
propio de gente que, en apariencia, rezuman ecologismo por todos los poros de
sus cuerpos. Esos desperdicios, contaminantes y muchos de ellos de largos periodos de descomposición, no son
dejados allí por los recalcitrantes hiperdesarrollistas urbanos que solo
pretenden ganar dinero a costa de lo que sea, incluida la naturaleza. Son
dejados por exquisitos defensores, por lo menos dicen serlo aquí abajo, de la
ecología, lo natural y supongo que también de la limpieza. Aunque visto lo visto
es para dudar de todos ellos. ¡Será que no son tan conservacionistas! ¿No se le
ocurrirá a Ecologistas en Acción o Greenpeace hacer una campaña dirigida a los alpinistas para que no ensucien
por donde pasen? ¿Por qué no protestan por ese asunto tan vistosamente como
ellos saben hacerlo? No se entiende nada. ¿O sí…?
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