El humeante volcán Etna, visto desde Taormina (Sicilia). |
Es el volcán puntual más estudiado de Europa. El Etna,
situado en la costa sureste de Sicilia supera los 3300 metros de altitud,
siendo ésta cifra muy variable por su continua actividad volcánica. Las dataciones
científicas apuntan a que se formó hace casi unos 200.000 años, cercano al
límite de las placas tectónicas africana y euroasiática.
Subiendo al Etna. |
Superposición de coladas volcánicas en la base turística, a 2000 metros del altitud, en el Etna. |
De gran actividad alternante entre efusiva y eruptiva, este estratovolcán
ha sido el causante de un acontecimiento volcánico importante, datado aproximadamente
en unos 6000 años AC, que ha repercutido en la configuración
de la historia y cultura occidental. Se trata de un gran derrumbe hacia el mar del cono volcánico
del Etna generando una gran brecha, el
denominado “Valle del buey”. Es más que probable que ese desmoronamiento produjese
un gran tsunami en el mar Mediterráneo siendo la causa del arrasamiento de
varios poblamientos de la actual costa de Israel, Libia y de Egipto, y diera
lugar al famoso mito del Diluvio Universal.
Contemplando conos adventicios alineados en el Etna. |
Aunque el territorio volcánico del Etna no es comparable, ni
en espectacularidad ni extensión, con otros complejos volcánicos europeos como,
por ejemplo, el de la Caldera de Taburiente en Tenerife (Canarias), u otros,
resaltan aquí las numerosas y potentes coladas de lava, muchas de ellas
superpuestas, que tapizan sus laderas, además de abundantes conos adventicios,
de varios tamaños, que aparecen casi alineados en direcciones radiales respecto
al cono principal del volcán, lo que da idea de la intensa actividad de
diversificación del magma en la cámara magmática principal.
Vista desde el aparcamiento del Etna de la zona que fue destruida por una colada volcánica a finales del siglo pasado, al fondo. Allí se ha reconstruido parte de las infraestructuras. |
La base de operaciones turísticas se encuentra a 2000 metros
de altitud, que por un lado facilita el acceso y la visita a las zonas más
elevadas del volcán, y por otro, genera un impacto visual bastante agresivo al
entorno natural. En pleno paisaje volcánico, junto a las infraestructuras
turísticas, pueden apreciarse las
últimas “proezas” del volcán realizadas a finales del siglo XX y que causaron el
derrumbe y posterior construcción de estructuras y edificios dedicados al
turismo, aunque es la población de Nicolosi, casi en la base del Etna, la que
más ha sufrido en su historia a causa de este emblemático volcán.
Vista del volcán desde el teatro grecorromano de Taormina (Sicilia). |
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