¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Otra forma de tener “excelencia educativa”.


     La excelencia educativa, ese término tan sonoro y contundente, es una de las metas que la nueva ley de educación se ha propuesto conseguir. Nadie sabe  ni cuándo ni en dónde. Sobre todo si se tiene que lidiar a diario con clases de 35 alumnos o más. Si hay que atender  en esas aulas  a más de un inmigrante que no habla ni una sola palabra de nuestro idioma, y además se han anulado los apoyos de inmersión lingüística que había antes. O si el gran recorte presupuestario ha llevado a un impresionante déficit en personal que hace que los centros educativos se hayan convertido en un simple tren con los vagones llenos.

     La Programación General Anual  (PGA) de los centros, además de una descripción de datos técnicos, representa un auténtico llanto de los claustros de profesores ante la imposibilidad de enfrentarse a tanto reto casi imposible. No hay consuelo alguno. Ni siquiera alivia el constante aguijoneo de los departamentos de orientación de los centros a través del cual se insta al profesorado a realizar absurdos y rebuscados informes psicopedagógicos del alumnado inmigrante recién aterrizado. En ellos hay que evaluar el “nivel” académico, y sus desfases, incluso de alumnos que no hablan ni entienden español y que, por tanto, no hay manera de comunicarse con ellos. Pero, “hacen falta papeles para poder hacer algo”, argumentan los pobres orientadores, más desorientados que otra cosa.


     Se implanta e impone la LOMCE. Se nos aplica sumisamente desde las autonomías gobernadas ahora por los que tanto protestaron antes (y con razón)  vestidos de verde, y nadie dice nada de nada ahora. Ya no hay "escraches" delante del domicilio del consejero/a de educación; no hay tampoco concentraciones en las puertas de los centros; todo lo "legal", se asume y aplica sin rechistar. ¿Habrá vuelto a gobernar otra casta? 

     Pero nos da lo mismo, pues sabemos que podemos con todo lo que nos echen, como hemos hecho siempre. El ser docente en esta difícil situación, en algunos centros teniendo que gestionar las necesidades educativas de un alumnado perteneciente incluso a 30 nacionalidades, es todo un reto para nosotros, y supone un alto porcentaje de fina profesionalidad, incluso de heroicidad. Que no le quepa ninguna duda a nadie, estamos a un paso de ser “excelentes”.

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