¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

martes, 9 de febrero de 2016

Promocionar el grado de Geología, obtención de recursos, y olimpiadas geológicas.





     Se acaba de realizar la VII Olimpiada Geológica de Aragón. Uno de los objetivos fundamentales es la promoción y difusión del grado de Geología de la Universidad de Zaragoza. Además resulta una actividad académica de primer orden para los alumnos de bachillerato que quieren medir sus conocimientos adquiridos en la materia. Por eso cada año son más los alumnos inscritos en las pruebas, que han pasado de 44 en las primeras olimpiadas a los 127 de estas últimas.
     La excelente organización llevada a cabo por personal de la universidad permite diseñar unas pruebas que representan un verdadero muestreo de cuestiones y conocimientos de casi todas las disciplinas que engloba la Geología. Tras una prueba de realización individual basada en conocimientos  teóricos y prácticos concretos, se realiza una segunda prueba tipo “gymkana” que suele ser muy del agrado de los participantes debido a la dinámica activa que se establece para hacerla. Esta segunda fase de la olimpiada ha sido especialmente significativa, pues en ella debían recoger los participantes distintos datos geológicos distribuidos por las instalaciones de la facultad y su entorno, con las que  finalmente se  llegaba a completar un cuadro con los resultados geológicos requeridos. Y esta vez esos datos han tenido un marcado y significativo componente  basado en los recursos geológicos que la humanidad utiliza y, por tanto, mostrando la utilidad social  más necesaria de la geología.

 

     Este matiz, el de los recursos geológicos, es de especial importancia. Y no es debido a que la sociedad actual no sea conocedora aún de que la obtención de la mayoría de los elementos materiales que usa en su vida moderna provienen directamente de la Tierra, sino por la contumaz insistencia de muchas organizaciones sociales, algunas de tintes supuestamente ecológicos, en torpedear uno de los objetivos primordiales de las ciencias geológicas, como es la obtención en nuestro planeta de los recursos minerales necesarios para una mayor calidad de vida. Esa obtención les parece a muchos  algo natural y fácil de hacer, pues la mayoría del mundo, especialmente el occidental, nace y vive en un entorno donde los materiales que se usan  para todo son obtenidos de la naturaleza desde hace  muchas décadas, por lo que parece algo trivial. Pero no es así.  Aunque la lista de recursos geológicos es casi interminable, por ejemplo, arcilla para ladrillos, carbonato para cemento, hierro para entramados y forjas, bloques pétreos para diversas construcciones, o carbón y minerales usados para producir energía son de uso tan necesario para nuestras vidas que nos  resultaría imposible vivir hoy sin ellos. De momento todos esos materiales no son sustituibles por ningún otro, teniendo que ser obtenidos del sustrato geológico. Por eso, el estudio e investigación del terreno en busca de recursos de toda índole es una necesaria tarea geológica, difícil y complicada,  que debe ser impulsada y coordinada desde el ámbito universitario.
 
     Era hora pues que desde la propia universidad, sin complejos, como elemento de propaganda hacia la población,  y de cara a la gente joven que puede iniciar allí unos estudios universitarios, establezca la clara relación existente entre geología y sociedad usando para ello el mejor elemento que incardina estos conceptos: el recurso geológico. La adecuada  explotación de esos recursos, reduciendo al máximo los impactos ecológicos que pudieran producirse, no puede ser puesta en cuestión, o incluso anularse,  por  un inevitable uso y afectación del entorno inmediato al lugar de extracción del propio recurso. La conservación del entorno natural y la explotación de recursos han de estar en el mismo plano de actuación. Si esta idea se extiende e impulsa también desde el ámbito universitario,  la sociedad quedará doblemente concienciada respecto a  la necesidad de obtención de bienes naturales para sus necesidades vitales  y  una obligada actuación de conservación medioambiental que permita un uso racional y controlado de los recursos terrestres.
Cristales de yeso. Aragón.

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