Los
centros educativos preuniversitarios se preparan para el gran salto de calidad
que dice que va a ser y que propone la administración. Los centros que lo deseen
pueden acogerse al nuevo sistema de educar al alumnado en otro idioma distinto al propio. Aunque venía
funcionando desde hace unos años ahora va en serio, con algunas modificaciones formales.
El profesorado titulado en algún idioma extranjero que se incorpore libremente a este sistema podrá impartir su docencia en el mismo y el que no tenga un título que
acredite sus conocimientos en ese otro idioma (fundamentalmente inglés) dispondrá
de hasta cinco años para obtenerlo. Así
se “formarán” de rápidamente los nuevos profesores para dar sus
materias, como Matemáticas, Latín, Geografía e historia, o Ciencias naturales, por ejemplo, en el idioma
elegido.
Y no es
una norma que se implante en centros pilotos, poco a poco, para ver qué
resultados se consiguen. ¡Es desde ya, y a los centros que lo deseen! Sin otro
requisito. Da igual que el centro sea uno privado concertado (en estos dicen que el profesorado se
ha tirado en plancha a incorporarse al bilingüismo, se supone que para dar “pedigrí” a su
colegio…), que un centro público de barrio marginal o con buena
fama y de “buena zona”. Todo el mundo puede acogerse a esta “maravillosa”
innovación educativa. Sin exclusiones…
Conozco
casos en los que el experimento está "haciendo aguas" por todos los lados. Estos
años atrás ha sido habitual no encontrar entre el profesorado funcionario de
los centros públicos a gente dispuesta (y con título de idiomas) a dar sus
clases en otra lengua. Para paliar este inconveniente se propuso que el
profesorado interino que quisiera y pudiera se hiciera cargo de las clases
bilingües. No han faltado interesados en el tema. Algunos con buena voluntad y
otros movidos además por el interés de
conservar su plaza no fija en un centro (respecto a este tema no se les ha oído a los interinos una opinión contraria...) al dar sus clases en otro idioma,
incluso aunque sea de otra asignatura de su especialidad, son los responsables de que el programa haya
empezado a “funcionar”. Si aceptamos, claro, que “funcionar” se llame al impartir en 1º de la ESO un
solo tema del temario durante un trimestre, como sé que está pasando en más de
un centro de Zaragoza. ¡A eso se le llama avance educativo y calidad de
enseñanza! ¡Ya se pueden poner a temblar los niños finlandeses que vamos a
arrasar a partir de ahora con los conocimientos que portarán nuestros alumnos
bilingües! ¿Qué preparación académica es esa? Además, como ocurre en muchos
centros educativos, resulta casi ridículo querer explicar contenidos
específicos en otro idioma cuando en la lengua propia hay una buena proporción
de alumnado al que le falta base conceptual
en casi todos los temas y son carentes de un buen nivel de expresión lingüística, en ocasiones
incluso entre los alumnos más avezados.
Sé que
hay gente que acepta este sistema, también entre el profesorado, esgrimiendo
razones como que determinadas asignaturas se impartirán en otro idioma solo a
los alumnos preparados y con capacidades suficientes. Esto supone una
segregación en grupos diferenciados de los "alumnos bilingües" respecto de los
que no lo son, presuponiendo, “a priori”, unos resultados académicos
diferenciadores de “tipos” de alumnos: buenos los que estudian en otro idioma, y, llamémoslo así, "menos buenos" para los demás, cuando la realidad refleja todo lo contrario en cuanto a la escasez de conocimientos adquiridos por los "bilingües" . ¿De verdad puede haber gente que piense que aplicar así
ese sistema es correcto y aceptable? ¿Es que eso no supone una demostración de su verdadero y encubierto
talante discriminatorio, de sectarismo académico, y de ejercer un trato desigual y de "clase"
con el alumnado? ¿Puede estar satisfecho académicamente el profesorado que consigue dar
en un trimestre un solo tema? ¿Qué preparación se va a conseguir así de la
gente? ¿Esto no es una estafa educativa?
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