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Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Edades de la Sima de los Huesos de Atapuerca.


Cráneo de Homo heidelbergensis (Miguelón) de
 la Sima de los Huesos, Atapuerca.


     Vuelve a estar en los medios la Sima de los Huesos de Atapuerca. Quienes siguen el tema, por profesión o por interés cultural, saben que se denomina así al yacimiento kárstico con abundantes restos fósiles de Homo heidelbergensis, unos supuestos antecesores de los famosos neandertales. Al fondo de unas galerías y  conductos de muy difícil acceso por las entrañas kársticas del complejo  Cueva Mayor, en la Sierra de Atapuerca  de Burgos, se llega a una pequeña sima de no más de 20 metros de profundidad en la que se encuentra el mayor “santuario” de fósiles humanos del mundo. Doy fe de ello, pues mientras pertenecí al equipo de Atapuerca, desde sus comienzos en el año 1978 hasta 1990, pude bajar tres veces inolvidables, tanto por la emoción juvenil de la aventura como por su  deslumbrante contenido científico.
Miguelón...

 

     Aunque las cosas han cambiado mucho desde que leí mi tesis doctoral sobre la bioestratigrafía de micromamíferos (roedores) de  Atapuerca en 1987 hay cosas que,  por lo que sé, no han cambiado. Entonces, cuando yo estaba,  se hicieron las primeras dataciones de los rellenos sedimentarios de la Trinchera del Ferrocarril de la sierra: Gran Dolina, Cueva de los Zarpazos/Galería, y Boca Norte, así como de las costras estalagmíticas de la Sima de los Huesos. En este último yacimiento se dató una costra que cubría parte de los sedimentos en casi 325.000 años (con intervalo de +/- 25.000) de antigüedad. Ahora los datos obtenidos con otros métodos sobre la edad de ese “mismo yacimiento” casi se duplican, dicen que hasta casi 600.000 años, para una costra descubierta más “abajo” de buena parte de los registros de arcillas con fósiles ya excavados. La confusión, pues, parece estar servida.
 




     Hay investigadores británicos (http://www.theguardian.com/science/2012/jun/10/fossil-dating-row-sima-huesos-spain) que ponen en duda la veracidad de la denominación de los fósiles de la sima como Homo heidelbergensis, debido a  la edad que ahora se da. Y otros que no son británicos ven en el nuevo avance científico-mediático (las relaciones de parentesco evolutivo de Homo heidelbergensis con una variedad de neandertales, los “denisovanos” siberianos, en base al  estudio genético del  ADN de un fémur humano de la sima “datado” en casi 400.000 años), algo con poca  claridad, confuso, y sin confianza en noticias e intervenciones televisivas de marcado corte sensacionalista. Pero, ¿por qué hay esta desconfianza y se duda a nivel científico, y en la calle cada vez más, de la verosimilitud de los datos ofrecidos? Respecto a esta pregunta creo que puedo aportar un dato poco conocido.
Posibilidades de relación entre Homo heidelbergensis y los neandertales.
 

 
     De lo que nadie habla, ni ha hablado hasta ahora, es el porqué en todos los yacimientos que se estudian en Atapuerca, los antes citados, todos  los fósiles se refieren a los niveles estratigráficos establecidos en sus perfiles  y que, con ligeras modificaciones hechas en el transcurso de las excavaciones y los años, son los que pude identificar en las columnas estratigráficas levantadas por mí en esos rellenos kársticos al realizar mi tesis doctoral. El famoso nivel TD6 de Gran Dolina, como los demás, se estudiaron y publicaron por primera vez en 1987 en un monográfico preliminar sobre Atapuerca, siendo desde entonces los mismos niveles de referencia del proyecto. Resulta curioso, por decir algo, que de la Sima de los Huesos no se nombre nunca ningún nivel estratigráfico.  Eso es debido, sencillamente,  a que no hay una estratigrafía hecha de ese yacimiento. Y recuerdo bien  la insistencia de Emiliano Aguirre y mía para hacerla al certificar en nuestras visitas a la sima la existencia de más de un  nivel en un perfil lateral del sedimento, excluyendo un poco potente  nivel "estéril y revuelto" de la superficie.  Insistencia que  obtuvo siempre la  más  contundente negativa por parte  de los paleoantropólogos del equipo para levantar allí  una columna estratigráfica donde identificar y delimitar los niveles de sedimentos acumulados en el fondo de la sima. Ello habría  permitido asignar nivel y lugar a los fósiles extraídos de la misma con un necesario e imprescindible criterio científico. No se quiso hacer, sin más. ¿Razones? Oficialmente se desconocen, pero el control  de las intervenciones y objetivos a conseguir de la excavación  en la Sima de los Huesos en tiempos de la dirección del proyecto de mi querido Emiliano Aguirre, fueron diferentes a los aplicados al resto de los yacimientos.
 
Fémur del que se ha estudiado su ADN.
 
     Por eso, a mi juicio, las dataciones por distintos métodos (radioactivos, resonancias,…) que se han obtenido en los últimos años para las costras estalagmíticas (carbonatadas) de la Sima de los Huesos, tan dispares e incoherentes entre sí, pueden reflejar, lejos de una duda respecto a la valía y precisión técnica de las mismas, un aparente muestreo lítico datable y  del registro paleontológico, poco preciso y/o confuso. Esto se refiere a que, muy probablemente, a nivel de suposición, se han podido datar hasta ahora  niveles de costras diferentes, de edades y posiciones variadas, y con posible, por habitual en medios kársticos, intercalación de depósitos o lechadas de sedimentos que pueden representar distintos episodios temporales de llegada, por relleno del fondo, de sedimentos con contenido óseo, humano y no humano. Los  hallazgos paleontológicos de la Sima de los Huesos podrían  pertenecer a  registros sedimentarios no masivos,  más complejos y seriados,  pudiendo estar diversificados espacial y temporalmente  más que lo que se está interpretando en la actualidad. En definitiva, otros resultados diferentes. No sé si estaré en lo cierto, pero me temo que ya no lo sabremos jamás.
Entrada a Cueva Mayor, en Atapuerca.
 

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