¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

jueves, 24 de mayo de 2012

Evolución paleogeográfica visual de Aragón en el contexto occidental europeo.


     La Paleogeografía se encarga del estudio de la distribución de continentes y océanos a lo largo de la historia geológica de la Tierra, así como del estudio de los paleorrelieves de la superficie del planeta. Para poder hacer una reconstrucción paleogeográfica fiable es necesario  hacer una exhaustiva recopilación de datos geológicos, de todas y cada una de sus ramas o especialidades,  y en especial de la paleontología, estratigrafía, sedimentología, tectónica, petrología, y mineralogía.
     Hoy en día se tiene una idea aproximada de cuál ha sido la evolución planetaria de mares y continentes deduciendo a través de detallados estudios geológicos los avances (transgresiones) y retrocesos (regresiones) de las líneas de costa;  la distribución y variación de tipos y  formaciones rocosas del planeta, en base a su naturaleza litológica y sus cambios temporales y espaciales; su contenido paleontológico, lo que permite además deducir ambientes sedimentarios del pasado  y reconstruir paleoecológicamente entornos de otras épocas geológicas, así como, y por último,  la gran influencia en la evolución y desarrollo paleogeográfico del grado de deformación tectónica sufrida por los diferentes materiales.
     Teniendo en cuenta todos estos factores, exponemos aquí esta sucesión gráfica de la posición  paleogeográfica de Aragón, y su evolución,  a lo largo de los últimos 570 millones de años:

Paleozoico inferior.

Paleozoico superior.

Mesozoico inferior.

Mesozoico superior.

Cenozoico inferior.

Cenozoico superior.

jueves, 17 de mayo de 2012

Lo que hay que saber: doctores tiene la Iglesia.


     “En la calurosa tarde del miércoles 16 de mayo saltaba la noticia: la profesora Martha Craven Nussbaum había sido elegida Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Posiblemente, muchos de los lectores de este periódico no habían oído nunca hablar de ella. Y esto es comprensible en el marco de una sociedad como la nuestra que lo que se valora son los personajes de oropel ligados a la prensa del corazón, al deporte profesional o a la corrupción económica. Es comprensible pero ello no justifica la ignorancia social de las personas que destacan en el mundo de las ciencias naturales o sociales y que destacan por crear pensamiento en una sociedad que parece que le incomoda pensar”.
     He leído en un artículo el párrafo de arriba. Es el primero de un escrito que incluyo entero al final de esta entrada, donde se destaca la vida de la autora, su obra científica, y explica brevemente sus fundamentos filosóficos, y es el párrafo al que hago referencia íntegra aquí. Está realizado por un jesuita, teólogo, geólogo y catedrático de  paleontología jubilado, muy conocido mío. Lo ha escrito él, pero podía ser de cualquiera de los muchos “cultos” y refinados intelectuales que salpican con sus artículos las revistas y periódicos de hoy. Pero su escrito me sirve para hacer una reflexión crítica hacia este tipo de manifestaciones, muy habituales como digo en determinados tipos de personas, y que en la actualidad llegan a herir sensibilidades, aunque ellos no lo sepan y quieran, o sí, no lo sé muy bien.
     Y me dispongo a hacer una crítica porque creo que ya está bien. ¡Basta! Me siento verdaderamente indignado con estas manifestaciones “culturetas” de muchas personas que tienen sus vidas llenas de ocupaciones y menesteres que otros casi consideramos de puro relleno o divertimento.
     ¿Quién conoce a esta señora? ¿Quién ha leído algo de ella? ¿En qué ámbitos se le conoce, a ella, y su obra? ¿Si tan importante es para la filosofía de la vida en ámbitos culturales referentes a la mujer y las religiones en el mundo oriental, cómo es que no se había oído hablar de sus ideas y sesudas manifestaciones hasta hoy? ¿Por qué se nos considera tan despectivamente a los que no la conocíamos?
     De repente, por arte de magia, aparece en escena y se le concede un premio importante a alguien que casi nadie conoce. Y claro, en ese preciso momento empiezan a aparecer “iluminados” que dicen conocer su importante obra, haber leído y compartido la opinión vertida en sus escritos, y, en fin, que según sus comentarios se puede llegar a pensar en qué habría sido  del mundo sin personas como esta autora.
     Estoy poco ilustrado en esos temas filosóficos, lo reconozco, pero me tengo por alguien que busca, investiga y procura estar al día en los temas culturales, humanísticos y científicos, de mi tema o no, más relevantes del momento. Lo intento, digo, aunque no lo consigo del todo, por supuesto. Sobre todo al ver que no conocía de nada, repito, de nada, a esta señora tan importante y reconocida ahora en España. Aunque esto tiene solución. Pero algo que me molesta sobremanera, y no creo que sea al único, es que esta gente que sí dice conocerla, nos trate de incultos, ignorantes, y seguidores incondicionales  de los  programas deportivos y de corazón de la tele al no conocer su obra científica y literaria.
     Veamos como nos podemos defender de sus calificativos y adscripciones. En cuanto se conoce un poco,  o se indaga, en el perfil personal de quien dice estas cosas tan poco agradables de la población, se comprueba que tiene, o suele tener, en mi opinión, un “tipo de vida” un tanto relajado o dispensado en cuanto a obligaciones sociales tradicionales. En el caso concreto del autor de las frases iniciales se trata de alguien soltero (aunque esto no es ningún hándicap inicial, desde luego), sacerdote jesuita (para muchos ya está todo dicho), sin preocupaciones familiares:  sin un matrimonio e hijos por los que preocuparse; sin los trabajos colaterales propios de tener una familia, que no son pocos, como ir a la compra, hacer la limpieza, cocinar, lavar la ropa, tender, planchar, y, además, trabajar para poder pagarse lo que cuesta todo lo anterior.
     Esta gente, no diré que vegeta, en el sentido estricto del término, pero lo tiene casi todo hecho a pesar de lo que ellos piensan de sí mismos y su trayectoria laboral: viven en comunidades con un “proyecto de vida”; tienen servicio (femenino, casi siempre); son célibes; sin hijos (dicen), y tienen tiempo de sobra para pensar “en los demás” (también dicen), por lo que, además de leer desenfrenadamente todo lo que pillan, incluso de filosofía, escriben artículos sin parar; dan sus clases; adiestran ideológicamente a los demás, si son niños y jóvenes mejor; hacen apostolado, sobre todo los domingos, y se permiten el lujo de inculcar ideas, ahora desde facebook, donde son o muestran ser muy solidarios con las causas sociales más punteras del momento, como ir en contra de la homofobia (encomiable), del diseño inteligente, o manifestar la esencia de la solidaridad con los pobres, pero jamás les oyes o lees una palabra de protesta en contra de su, al parecer, aceptada jerarquía católica que dirige ortodoxamente sus vidas. Parece que jueguen a “poli bueno-poli malo” con sus jefes ensotanados para dar una imagen al pueblo de confrontación de ideas interna, dentro de una pensada estrategia del “aparato”. Los demás, los que no tenemos  ni tiempo para rascarnos una oreja, con trabajo, familia, y alguna que otra relación social, tenemos que aguantar de ellos que se nos diga que somos parte de una sociedad que se fija en cosas banales, sin importancia, llenas de estupidez, y no realmente en lo que importa de verdad en la vida, que es, por ejemplo, lo que escribe esa señora tan famosa a partir de ahora y que ellos ya conocían, pues están al tanto de todo lo sesudo y “fetén” en la culta y selecta estirpe a la que pertenecen los de su club.
     No voy a explicarles nada de la vida, ni de la mía ni  de la de muchos, a estos lumbreras. Solo diré que me siento muy orgulloso de haber criado y educado, con mucho esfuerzo y dedicación, a dos maravillosos hijos. De haber atendido mi matrimonio como creo que es debido. De tener una vida profesional y cultural adecuada a mi criterio y formación académica, y de acordarme, además, de vivir, intentando aplicar criterios de sentido común, honradez y honestidad a cada paso que doy. Con mi familia, con mis amigos y con mi entorno, 24 horas al día. Aunque no conozca a la nueva Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2012 y su obra, no me considero un ignorante social. Quien la conozca o diga conocerla bien, o tiene una vida sumamente vacía en contenidos de otro tipo, o, como diría mi amigo arqueólogo de Atapuerca, Eudald Carbonell, “tú fardas mucho, ¡eh!”. Sabrán mucho de filosofías, pero lo tengo claro: a esta gente les “falta un hervor”.



Artículo de referencia:
Martha Nussbaum,
premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2012)


En la calurosa tarde del miércoles 16 de mayo saltaba la noticia: la profesora Martha Craven Nussbaum había sido elegida Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Posiblemente, muchos de los lectores de este periódico no habían oído nunca hablar de ella. Y esto es comprensible en el marco de una sociedad como la nuestra que lo que se valora son los personajes de oropel ligados a la prensa del corazón, al deporte profesional o a la corrupción económica. Es comprensible pero ello no justifica la ignorancia social de las personas que destacan en el mundo de las ciencias naturales o sociales y que destacan por crear pensamiento en una sociedad que parece que le incomoda pensar.
La doctora Martha Craven Nussbaum nació en la ciudad de Nueva York el 6 de mayo de 1947. Ha cumplido 65 años hace una semana. Su profesión es la de filósofa. Y dentro del vasto campo de la reflexión sobre el ser humano sus intereses se han centrado en la filosofía antigua, la filosofía política, la filosofía del derecho y la ética, las religiones y la autonomía de la mujer. Hija de George Craven, un abogado de Filadelfia, y de Betty Warren, ama de casa. Estudió teatro y lenguas clásicas en la Universidad de Nueva York dedicándose posteriormente a la reflexión filosófica. Contrajo matrimonio con Alan Nussbaum, del que se divorció en 1987.
Enseñó filosofía y letras clásicas en la Universidad de Harvard en los años setenta y a principios de los ochenta, antes de trasladarse a la Universidad de Brown. Uno de sus libros más influyentes, La fragilidad del bien: fortuna y ética en la tragedia y la filosofía griega (The Fragility of Goodness), publicado en 1986, convirtió a Martha Nussbaum en una figura reconocida en el ámbito de las ciencias sociales. Posteriormente, la valía de su trabajo la hizo merecedora de títulos honoríficos en más de 25 instituciones.
Durante la década de los ochenta, Nussbaum comenzó un trabajo en colaboración con el economista indio Amarthya Sen (Premio Nobel de Economía en 1998) en temas relacionados con el desarrollo humano y la ética. En conjunto con Sen, promovió el concepto de "capacidades" (algo así como "derechos o libertades sustanciales" a todo ser humano). “Capacidades” tales como la posibilidad de vivir una larga vida, la de llevar a cabo transacciones económicas, o la participación en actividades políticas.
Estas “capacidades” son partes constitutivas del desarrollo, y por ello, la pobreza se entiende como una privación (o un despojo) de dichas "capacidades". Esto contrasta sobremanera con los acercamientos teóricos que se habían hecho sobre la filosofía del desarrollo humano y social hasta ese momento.
Desconocemos hasta el momento el contenido del texto por el que el jurado de los Premios Príncipe de Asturias la considera merecedora de este galardón. Pero sí deseo destacar aquí dos aspectos relevantes: su defensa de los derechos de la mujer y las reflexiones sobre la religión. En uno de sus últimos libros (no traducido al castellano) y publicado en 2000: “Mujer y desarrollo humano: aproximación a las capacidades” (Universidad de Cambridge), aborda la reflexión intercultural de la mujer en el Tercer Mundo dentro del contexto del Islam. Como estudiosa de la religión orientada antropológicamente hace esfuerzos para integrar las nociones universales de justicia en las vidas concretas de las mujeres pobres. La pregunta que late en el fondo de este trabajo es esta: la religión, ¿es una buena o una mala noticia para las mujeres, y en especial para las de los países pobres de religiones no cristianas? En una entrevista publicada en 2007 afirma tajantemente que el Islam es perfectamente compatible con los derechos de las mujeres. Tal vez sus reflexiones rompen muchos de los mitos que desde occidente se han construido para justificar demasiadas cosas.
Uno aprende en el curso del libro de la forma en que la profunda experiencia de la India de la autora, tanto etnográfica como fenomenológicamente, ha influido en su pensamiento. Si bien hay muchos aspectos de este libro que son rompedores, tal vez sus reflexiones sobre las tensiones entre la religión y la autodeterminación cultural y la desigualdad de género pueden resultar clarificadoras.
En los próximos meses, Martha Nussbaum se hará visible en los medios de comunicación. Pero posiblemente la marea mediática la dejará aparcada en la orilla de nuestra sociedad de consumo.



martes, 15 de mayo de 2012

Las Médulas (El Bierzo, León): impacto ambiental minero.

Paisaje de Las Médulas, León.

     No es habitual encontrar un artículo o reportaje que destaque el gran impacto ambiental que se produjo hace siglos en la Médulas, en la provincia de León. Al contrario, casi toda la información disponible se basa en destacar la belleza paisajística de este enclave leonés, sin que haya ninguna organización conservacionista que reivindique  la “restauración” de un entorno tan destrozado como el de ese lugar.
     Los que hayan visitado  Las Médulas se habrán sorprendido al  leer el párrafo anterior, pues claro, como se trata de un sitio que es tan “bonito” y a la vez  tan extraño, pues no hay otro igual,  parece una herejía conceptual el opinar eso de un enclave tan bello. Me explicaré. El escritor Enrique Gil y Carrasco (no yo,  que soy Enrique Gil Bazán)  describió el lugar así: “un paisaje con un aire particular de grandeza y extrañeza que causa en el ánimo una emoción misteriosa”. Redescubierta la zona a finales del siglo XlX, este paisaje fue declarado Bien de Interés Cultural en 1931, y hace pocos años Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sin embargo ese sitio tan importante y visitado por gente muy amante de “lo natural” no es el resultado exclusivo de ningún modelado geológico, sino que es una obra humana realizada por los romanos entre el siglo I y  III en busca de oro. Sí, se trata de los restos de una mina de oro romana de la que se extrajeron casi 900.000 kg de ese metal en casi 200 años que estuvo explotada para ese fin.
     La especial técnica utilizada para la obtención del oro, denominada “ruina montium”, es la causante de que se “modelara” ese paisaje tan agreste y extraordinario y que a tanta gente cautiva, incluidos los ecologistas más acérrimos. Un sistema de conducción de  agua por canales excavados en la roca hacían de “movilizante” y arrastre de arcillas y cantos de los terrenos terciarios y cuaternarios en los que se localiza esta mina. Los materiales así obtenidos, con el oro, se conducían hasta un lago, el de Carucedo,  también artificial y sin drenaje, que servía para amontonar allí  el estéril, recogiendo la mena aurífera.
Grandes cavidades excavadas por los romanos para extraer oro.
Dentro del "hueco", un grupo de personas que nos sirven de escala.
     ¿A qué se debe entonces que una explotación minera sea un lugar tan apreciado? Pues es debido al proceso natural conocido como “sucesión ecológica”. Este fenómeno, que ocurre siempre y  en todas las partes, consiste en la evolución o sucesión natural producida en un ecosistema, desde el asentamiento de los primeros microorganismos hasta llegar al denominado “clímax” o estado de madurez máxima al que puede llegarse. El fenómeno también se produce tomando como  fase inicial un estadio intermedio de desarrollo del ecosistema como consecuencia de una interrupción, natural o antrópica, de su propia evolución, llamándose entonces "sucesión secundaria". Por ello, la naturaleza, que ha sido la dueña del lugar durante centenares de años en Las Médulas, ha sido la causante, ella sola,  de conseguir ese estado de madurez que allí puede apreciarse, a través de una importante revegetación, dentro del proceso de sucesión ecológica, así como la invasión de las especies de organismos animales propios de la zona. Así, los picachos y farallones de Las Médulas ofrecen, según los folletos propagandísticos, "cobijo a numerosas y variadas especies de aves rupícolas, como el cernícalo común, el águila culebrera o el halcón, así como es relativamente fácil el ver ejemplares de corzo o jabalí por los alrededores", incluso en el lago “artificial”. Sin la mencionada sucesión ecológica producida en este lugar el entorno habría sido completamente diferente, quedando al descubierto, más aún, las aberrantes formas originadas por el hombre.
Detalle. Paisaje en Las Médulas, León.
     Todo esto nos debe hacer reflexionar respecto a la consideración actual que se tiene de la necesaria y urgente restauración de paisajes a continuación de una acción antrópica en un espacio natural. Por supuesto que cualquier intervención humana en la naturaleza debe contemplar una actuación posterior a la misma que recupere el paisaje destruido o alterado, pero no debemos olvidar la capacidad regenerativa que la naturaleza  posee. Tanto es así que en ocasiones y enclaves como el que nos ocupa resulta difícil diferenciar o distinguir qué ha sido producido por la naturaleza o por el hombre. Y sobre todo, tener en cuenta este proceso natural  antes de decidir si una u otra intervención se debe o no hacer en función de un criterio únicamente conservacionista del entorno, pues la negación de la realización de una acción, ya sea minera, industrial o de infraestructuras, usando el argumento conservacionista, está en contra de los principios básicos del desarrollo sostenible. Por tanto, una acción sostenible, lejos de dificultar el avance, el desarrollo y el progreso humano, debe poner los medios necesarios para compensar, una vez minimizados al máximo,  los daños producidos en los ecosistemas, que, prioritariamente, deben estar al servicio de la humanidad.

jueves, 10 de mayo de 2012

Riesgos geológicos: ejemplo de "desprendimiento" en las minas de Riodeva (Teruel).


  No siempre es fácil encontrar ejemplos reales e importantes de desprendimientos de  rocas   que nos sirvan como ejemplo ilustrativo para una mejor comprensión y estudio de las Ciencias de la Tierra en general. Por eso, el ejemplo que aquí se expone de este desprendimiento rocoso  situado en los alrededores de Riodeva (Teruel) puede ser de gran utilidad a curiosos y aficionados a estos temas relacionados con riesgos geomorfológicos y prevención y control de impactos medioambientales.
    Todos los desprendimientos de carácter  geológico son considerados como movimientos gravitacionales de laderas, es decir, producidos a favor de la gravedad e inducidos por el propio peso de los bloques rocosos que se desprenden en el área donde se producen. Los factores que desencadenan  el inicio de estos movimientos pueden ser naturales o inducidos, mientras que los factores que  condicionan, o producen las condiciones propicias para el movimiento de materiales, son de varios tipos:
1.- Litológicos: en función del tipo de roca en el que se desarrollen.
2.- Estructurales: dependiendo del grado de deformación tectónica de los materiales.
3.- Climáticos: en relación con la frecuencia de la alternancia hielo-deshielo o de épocas lluvia-sequía.
4.- Hidrológicos: según el régimen hídrico y de precipitaciones de la zona.
5.- Topográficos: dependiendo de la pendiente baja o elevada del área donde se producen.
6.- Vegetación: según sea escasa o abundante, y de qué tipo.
     Además, los  movimientos de laderas más significativos se enmarcan en  estos seis tipos: reptación;  coladas de barro; solifluxión; deslizamientos, que pueden ser a su vez traslacionales y rotacionales; avalanchas, y desprendimientos.

Riodeva (Teruel). Desprendimiento de rocas en las minas de caolín. Foto: E. Gil.


    Estos últimos, los desprendimientos, denominados así por la caída brusca y aislada de fragmentos rocosos de un talud, suelen ser muy aparatosos y vistosos, siendo, a su vez, de tres tipos: de caída libre, de vuelco, y de rodadura. Los tres están favorecidos por la pendiente, el tipo de roca, y la presencia  significativa de discontinuidades y fracturas, como fallas y diaclasas.


Tipos de deprendimientos de rocas.

    El desprendimiento de Riodeva, situado al sur de la provincia de Teruel, es un desprendimiento de rodadura inducido, es decir, generado fundamentalmente por la  actividad humana realizada durante el proceso mecánico de extracción de mineral en las importantes y ya antiguas  minas de caolín de Riodeva. Además, también  ha influído en este caso la gran pendiente del terreno, el alto grado de deformación tectónica de esos materiales, y  la repetida acción hielo-deshielo que se produce en el entorno de ese punto geográfico. Estos hechos han facilitado esa caída puntual y masiva de bloques rocosos de arenisca y caliza arenosa del Cretácico inferior y medio.
 Bibliografía:
Calvo,D; Molina, Mª Tª; Salvachúa, J. (2004). Ciencias de la Tierra y medioambientales. Ed. Mc Graw Hill. 436 pp.

viernes, 4 de mayo de 2012

Huellas de dinosaurio en Riodeva (Teruel).


     El hallazgo de unas huellas no parece una gran novedad paleontológica si se tiene en cuenta el gran patrimonio en fósiles de dinosaurios que Riodeva ha proporcionado en los últimos años. Esta pequeña localidad turolense, situada a los pies de la Sierra de Javalambre, en su vertiente oeste, es  especialmente conocida  por situarse allí el yacimiento de uno de los dinosaurios más grandes del mundo: Turiasaurus riodevensis.


Mapa geológico de los alrededores de Riodeva con simbología por colores.
Verdes: Cretácico; Morados y azules: Jurásico; Amarillos: Terciario; y Gris: Cuaternario.
En blanco se señala el yacimiento.

          Los restos fósiles de esa nueva especie han sido excavados y  estudiados desde el año 2003 por el equipo de paleontólogos de Dinópolis, aportando a la ciencia una contribución tan importante  como lo es  para la divulgación y conocimiento popular de nuestro patrimonio paleontológico. Los restos de Turiasaurus aparecen fosilizados  en rocas sedimentarias estratificadas en potentes series  datadas entre el Jurásico superior y Cretácico inferior (pisos Titoniano y Berriasiano), es decir, de no menos de 140 millones de años, y pertenecientes a la Formación “Calizas, areniscas y arcillas de Villar del Arzobispo”. Quien quiera conocer  y ver  estos fósiles debe dirigirse a las instalaciones de “Dinópolis Teruel” para contemplar unos de los pocos ejemplares, aunque excepcionalmente conservados, de este nuevo grupo en la clasificación de dinosurios:  los Turiasauria. Además de estos restos, hace pocos meses se presentaba en sociedad un perfecto y completo cráneo de Turiasaurus, raro resto fósil en el especial mundo de la paleontología de dinosaurios.


Mano derecha de Turiasaurus riodevensis.
Pata izquierda de Turiasaurus riodevensis.

   
      Por todo ello, y teniendo en cuenta la importancia geológica y paleontológica de los alerededores de Riodeva, este dato paleontológico del hallazgo de unas posibles pistas fósiles de dinosaurio  que aquí presento, además de tener importancia divulgativa, sobre todo para  los habitantes de la zona, puede ser  de considerable interés científico. Se trata de mostrar estas huellas, vistas en sección estratigráfica y no en planta, como se tiene costumbre de ver, en niveles también del Cretácico inferior, por lo que se completa aún más el registro paleontológico de fósiles de reptiles del Mesozoico en la zona. Espero que en un futuro  no muy lejano estas pistas sean estudiadas por los especialistas adecuados para obtener más datos respecto a una aproximación  certera de los entornos medioambientales, y su evolución temporal, de los terrenos continentales y  transicionales  que de la Era Secundaria afloran en la Cordillera Ibérica.

Situación del yacimiento paleontológico junto a Riodeva (Teruel).

Yacimiento de posibles huellas de dinosaurio, junto a Riodeva (Teruel).

Huella 1, detalle.
Huella 2, detalle.
Huellas de dinosaurio vistas "en planta", que sirven
 como referencia y comparación con las vistas
 "en sección" en Riodeva (Teruel).


Cráneo de Turiasaurus.

Bibliografía:

Luque, L; Cobos, A; Royo-Torres,R; Espílez,E; Alcalá,L, (2005).  Caracterización de los depósitos sedimentarios con dinosaurios de Riodeva (Teruel). Geogaceta, 30. pp. 27-30.                    

Royo Torres, R; Cobos, A; Alcalá, L. (2009)  Turiasaurus riodevensis: el gigante europeo. Investigación y Ciencia, junio 2009. pp.  50-57.