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Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Prevención de riesgos geológicos en El Campo (Teruel).

Farallón rocoso junto a la curva de El Campo, Teruel.

     La predicción, prevención y corrección de riesgos naturales son prácticas que desde que la sociedad se preocupa por el medio ambiente y la conservación del entorno natural, se vienen realizando con asiduidad. Son los riesgos relacionados con fenómenos geológicos en relación con la seguridad de las personas los que suelen ofrecer actuaciones técnicas de prevención muy conocidas. Es habitual poder ver grandes mallas metálicas cubrir superficies inclinadas de taludes junto a las carreteras con la finalidad de evitar derrumbes o desprendimientos de rocas, lo que produciría, sin duda, multitud de accidentes y víctimas.
     Sin embargo, y a pesar de que la instalación de pilotajes, mallas, cunetas de desagüe, u otros impedimentos técnicos de protección, no es fácil ver junto a nuestras carreteras instalaciones tan simples, y a la vez espectaculares, como las que se han instalado en la famosa “curva de El Campo”, de la carretera nacional N-330, a escasos 25 km  al sur de Teruel. Como puede verse en las fotografías, unas grandes mallas, a modo de contenedor, sirven de recipiente ante la caída libre de numerosos bloques pétreos que desde la cima de esta protuberancia o saliente rocoso, muy deformado tectónicamente, aflora en esta estribación sureña de la Sierra de Albarracín. Sin duda alguno de los muchos bloques que ahora aparecen sobre esa red metálica habrían ido a parar a la carretera o sus proximidades, siendo por tanto muy necesaria su instalación.
Mallas de contención junto a la curva de El Campo.

    Este hecho preventivo solo puede realizarse si se tiene previamente un estudio predictivo de la zona. En este caso consiste en un necesario estudio geológico previo, tanto de los materiales aflorantes  como de su grado de deformación, que sirve de referencia en la interpretación de los posibles riesgos geológicos que pudieran producirse, teniendo en cuenta además las condiciones climáticas del lugar, así como de la necesidad de utilización de la zona como lugar de acceso y vía de comunicación. Una vez más se pone de manifiesto la necesidad imperiosa de “conocer” y por tanto, de estudiar geología. Los planes de estudios, por mucho que se adapten técnicamente a los tiempos modernos, incluso políticamente,  no deben olvidar seguir teniendo en cuenta las disciplinas tradicionales como la geología, la física, la química, o las matemáticas, pues ellas permiten conocer con mayor perfección nuestro entorno natural. Solo así podremos conservarlo.

2 comentarios:

  1. Amigo Enrique como siempre un lujo pasear por tu blog, me ha gustado mucho la entrada, y la verdad es que nunca había pensado en todo el protocolo de estudio y análisis que conlleva la instalación de un vallado como éste que mencionas.
    Nos vemos pronto, cuídate.

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    1. Gracias Óscar! Ya sabes que en los últimos tiempos el estudio de la geología, tanto en enseñanzas medias como en la universidad, ha corrido un gran riesgo de desaparecer. Si nos concienciamos todos de la necesidad de conocer sus principios y utilidades veremos con buenos ojos que siga en los planes de estudio. En eso estamos... Un abrazo. Nos vemos.

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