Este escrito, que ahora muestro en el blog, ha servido como base a la carta enviada a los medios de comunicación aragoneses desde la comisión mixta universidad-enseñanzas medias, recientemente formada. Su fin es defender la presencia de la asignatura "Geología" en las enseñanzas preuniversitarias, que la LOMCE, en su fase de proyecto de ley educativa, elimina por completo del panorama docente.
No es nuevo. Que las autoridades educativas, estatales o
autonómicas, propongan reformas y nuevos modelos legales en educación es casi ya
sinónimo de exclusión de la asignatura “Geología”. El anteproyecto de ley de educación
(LOMCE) que el gobierno actual ha enviado a las Cortes para su tramitación
vuelve a tropezar en la misma piedra: desaparecen las enseñanzas de Geología en 2º de bachillerato. Así mismo se relega la
asignatura “Ciencias de la Tierra y
medioambientales” (CTMA) a ser optativa
en 1º de bachillerato, cuando hasta la fecha es materia de modalidad en 2º de
bachillerato de Ciencias para la Salud, y examinable en las pruebas de acceso a
la Universidad. Ante la alarma que esto
ha suscitado entre el colectivo de profesores
de Ciencias Naturales de enseñanzas medias y del Departamento de
Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, se ha constituido
recientemente una comisión mixta para tratar de analizar esta
problemática, proponiendo lo antes posible,
y en paralelo a las actuaciones a nivel nacional, soluciones a la Consejería aragonesa
de Educación que permitan evitar este
desajuste académico de graves consecuencias en nuestra comunidad.
Pero, ¿a qué obedece
esta repetida “ofensiva” en contra de la Geología? Es difícil de entender desde
una óptica profesional que esas autoridades académicas desprecien y releguen al
olvido enseñanzas de la importancia e imperiosa necesidad actual como las que se incluyen en esta
materia, y que desde hace tantos años se imparte en la Educación Secundaria. No
hay que apartarse mucho en el tiempo para demostrar con ejemplos lo necesario
que es su aprendizaje. Este mismo verano el levante español ha sufrido los avatares propios de un feroz fenómeno
natural denominado “gota fría”. Lejos de poder evitarse, sí se hubieran podido
minimizar sus efectos devastadores si los responsables políticos y técnicos en
urbanismo de esa zona costera hubieran demostrado poseer conocimientos
suficientes como para alegar con contundencia en contra de la construcción
masiva de urbanizaciones de viviendas en zonas de alto
riesgo, tal y como se ha hecho en las últimas décadas. O se hubieran evitado
muchas muertes de inocentes en el caso
del desastre, en 1996, del camping pirenaico de Biescas, al no haber permitido su instalación en, nada
menos, que el cono de deyección de un torrente, por peligroso e inapropiado del
terreno para ese fin. Estos ejemplos, conocidos por todos, entre otros muchos
que podemos poner, son un simple botón de muestra entre el sinfín de casos en
los que, teniendo conocimientos medioambientales y geológicos, muchos de los
desastres que hoy en día se producen, podrían ser evitados o minimizados. Y eso
solo se consigue con un aprendizaje concreto y certero, en la educación
secundaria obligatoria, bachillerato y universidad, de temas relacionados con
las ciencias de la tierra, ya sean de cariz medioambiental, o estrictamente
geológicos.
Por ello resulta sorprendente, e incluso indignante que, de un plumazo, se quiera prescindir de
impartir esos necesarios conocimientos en nuestros centros de secundaria, ya
sean públicos o privados, lo que inevitablemente llevará al ocaso del recién
iniciado grado en Ciencias Ambientales, o del departamento universitario de geología de
nuestra universidad, que después de casi 40 años en funcionamiento eficaz en cuanto a
docencia e investigación, se puede ver sometido a un proceso de desaparición. Si
no se dan soluciones efectivas a esta agresión académica, la situación que se
genere al hacer desaparecer las enseñanzas ambientales y geológicas, conducirá
al total deterioro de uno de los pilares fundamentales del
desarrollo social moderno, ya que se carecerán de los mínimos conocimientos
requeridos para iniciar cualquier tipo de actuación urbanística seria, en la
realización de grandes infraestructuras u obras de equipamientos sociales, tan
necesarios en la actualidad. Además, ese conocimiento, en relación directa con
una mayor y mejor comprensión de nuestro entorno natural, es el único que permite que la calidad de vida
de la que disfrutamos actualmente sea posible dentro del marco de un
verdadero desarrollo sostenible. Por
ello es necesario el apoyo y la comprensión de todos en defensa del
mantenimiento de la Geología dentro de los planes de estudio preuniversitarios,
objetivo que esta comisión mixta pretende conseguir. El futuro de nuestra
sociedad está en juego.
Hola Enrique. ¡Qué lástima! Una y otra vez con lo mismo. Pero viendo que lo que buscan con todas sus reformas educativas y con los modelos que se dan en los medios de masas, queda claro que lo que nuestros desgobernantes quieren no es más que borregos a los que adoctrinar y que no pongan en duda sus acciones y decisiones.
ResponderEliminarVosotros mismos lo decís a mitad del segundo párrafo: "si los responsables políticos y técnicos en urbanismo de esa zona costera hubieran demostrado poseer conocimientos suficientes como para alegar con contundencia en contra de la construcción masiva de urbanizaciones de viviendas en zonas de alto riesgo" El control de la construcción no habría permitido la burbuja inmobiliaria que nos ha llevado a todos a esta estafa que llaman crisis.
Un saludo y mucho ánimo. Quizá gracias a vuestro empeño consigamos algún día tener un país mejor poblado por personas con algo más de cultura medioambiental y que luego no digan las burradas que dicen. A pesar de nuestros políticos.