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Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

lunes, 4 de abril de 2016

El nacimiento del río Cuervo como ejemplo de uso y conservación de la naturaleza.




     Es un lugar turístico. El nacimiento del río Cuervo, junto a Tragacete (Cuenca), es anualmente visitado por miles de personas que aprovechan, la mayoría, su excursión a Cuenca y la ciudad encantada para acercarse hasta este lugar. Muy cerca de los Montes Universales, la zona está nutrida de abundantes nacimientos de ríos tan señeros en nuestra geografía como el Tajo, el Cabriel, el Ebrón, o el mismo río Cuervo, entre otros.
     El río Cuervo presenta un punto de nacimiento verdaderamente excepcional. Las aguas de lluvia y escorrentía son recogidas en las zonas altas de las muelas y resaltes calcáreos de la zona, infiltrándose en grandes cantidades por las grietas y fisuras que abundan en esos relieves debido a la existencia de un desarrollado modelado kárstico. El recorrido de las galerías y salas de esas cuevas allí formadas alcanza en profundidad hasta unos potentes niveles de dolomías y margas, que por su naturaleza más impermeable impide que las aguas infiltradas sigan en su recorrido natural hasta más abajo, por lo que afloran en superficie a través de surgencias por encima de esos niveles, al ser cortados por el relieve, y dando lugar a las famosas caídas de aguas del entorno natural del nacimiento del río.
 
Surgencia de la roca del río Cuervo (Cuenca). Vista desde el cercano acceso a la misma.
    
Imagen de la cascada principal del nacimiento del río.
 
     Esa  agua  favorece la formación de tobas travertínicas debido a la gran cantidad de carbonato disuelto que lleva, generando un bello espectáculo de cascadas, caídas y resaltes a modo de “estalactitas” que decoran y tapizan la ladera montañosa desde el nacimiento hasta el nivel del  cauce ya bien formado río abajo.
 
Muela calcárea karstificada, origen del río Cuervo.
    
     Desde un punto de vista geológico, aunque peculiar, se trata de un tipo de nacimiento común. Muchos ríos nacen en relación con fenómenos kársticos, aunque hay que reconocer que no es habitual el contemplar imágenes así de vistosas como las que nos ofrece el río Cuervo.  Sin embargo, uno de los principales atrayentes que este nacimiento de río tiene se basa en su fácil acceso hasta el mismo punto de afloramiento de las aguas en la roca. Y es muy posible, (lo desconozco hasta ahora, aunque es su práctica habitual), que haya colectivos conservacionistas que hayan emitido su crítica opinión respecto a la masificación de visitantes que supone el hacer “tan fácil” el acceso y visita a este espectáculo natural. Y, sobre todo, que no se hayan oído opiniones contrarias a la intrincada infraestructura de madera instalada para acceder hasta el mismo punto del amanadero de agua, resulta muy significativo y casi sospechoso.
 
Niveles apeldañados de tobas travertínicas en la base de la cascada.
  
   La instalación permite el acceso a todo tipo de personas, con o sin minusvalía física, por lo que ha sido necesario modificar el entorno de una manera contundente. Desde verjas metálicas aislando zonas de especial relevancia botánica en el camino de ascenso, hasta plataformas de madera flotantes que impiden que se pise el suelo y, por tanto, se deteriore con el pisoteo constante. Pero, sin duda, lo más sorprendente es el acercamiento de estas plataformas y senderos “artificiales” hasta el mismo punto de salida del agua del río Cuervo. Parece increíble, pero así es. El público puede disfrutar de esta belleza natural a no  más de 5 metros de la salida por una grieta del abundante caudal del río.
 
Infraestructuras de acondicionamiento del afloramiento: verjas, y plataforma volante de madera protectora del suelo.
 
 
Acceso de madera hasta el nacimiento fluvial.
  
Plataforma de madera elevada para la protección del entorno.
 
 Pues bien, aunque no sea objeto de protesta ecologista este tipo de infraestructura artificial distorsionadora de este entorno natural, y sea más que cuestionable el impacto ecológico que supone el acceso continuado (al menos en temporada turística) de tantas personas que irrumpen en un  entorno de gran valor natural, creo que esta iniciativa de desarrollo debe ser valorada muy positivamente. En primer lugar, la adecuación para la visita de este nacimiento fluvial es la base de su más que aceptable conservación actual. En segundo lugar, cuando los entornos naturales se conocen y aprecian por su belleza tienden a ser mayoritariamente respetados  y valorados por la sociedad. Y para ello, hace falta que se facilite el acceso y se acondicione el lugar para el disfrute de la mayor parte posible de la población. La naturaleza solo se respeta si se sabe el valor patrimonial natural que ofrece, y para ello hay que dar a  conocer lo mejor posible las características más peculiares del lugar a conservar. Por eso, la socialización de estos lugares naturales tan emblemáticos permite que una mayoría de personas los conozca y disfrute, lejos de ser exclusivos para expertos montañeros o especialistas en las ciencias naturales, lo que favorece la aceptación por parte de esa sociedad de las numerosas normas, restricciones, y requisitos exigidos para la visita que la propia administración de la naturaleza impone para su conservación. Y en este sentido el nacimiento del río Cuervo es un buen ejemplo de cómo usar turísticamente un entorno natural conservándolo a la vez.
 

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