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Albarracín, en la Serranía Celtibérica. |
Al periódico "Financial Times" le ha llamado la atención el
gran desierto humano del territorio interior español. http://www.heraldo.es/noticias/aragon/2014/12/17/el_ultimo_habitante_motos_llega_financial_times_328485_300.html El
área tratada es la denominada Serranía
Celtibérica, que con una extensión que duplica a la de Bélgica, tiene una población similar a Laponia, por debajo de ocho habitantes por kilómetro cuadrado. Se encuentra
situada geográficamente en áreas pertenecientes a las comunidades de Aragón,
Castilla y León, y Castilla la Mancha.
El catedrático de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza Francisco Burillo, impulsor del proyecto "Serranía Celtibérica" indica : “El
problema no es solo la despoblación extrema.
Es la región más desarticulada de toda España y de
la Unión Europea” y
resalta la significativa ausencia en la Serranía Celtibérica de un gran centro
urbano con el dominio de las poblaciones de menos de 100 habitantes. Y añade: “Si
no cambiamos la tendencia,
vamos a tener el mayor desierto
de población en la Unión Europea”. De hecho,
Burillo considera a los Montes Universales, entre Aragón y Castilla,
como territorio “biológicamente muerto”.
Sin embargo, para algunos
alcaldes de la zona existe la esperanza de remontar esta situación con la
comercialización de los productos de calidad, y la explotación sostenible del
bosque. Pero
para ello consideran que es necesaria una estrategia de inversiones e incentivos. Para lo cual
el paso inmediato, en opinión de Burillo, es que la Serranía Celtibérica sea reconocida por el Gobierno de España como
una Inversión Territorial Integrada.
¿De verdad
alguien con conocimiento de causa puede llegar a creer que el resurgir de las zonas deprimidas del
territorio interior, puede hacerse tan solo “comercializando productos de calidad y la
explotación sostenible del bosque”? Analicemos esta propuesta.
Al margen de
las razones por las que no se dotó en su día de infraestructuras varias en esas
zonas deprimidas, y sí se hizo en la costa fundamentalmente, y que son el
origen de su despoblación, hay que pisar firme y ser coherentes a la hora de
proponer ideas revitalizadoras de la zona. Productos de calidad, dicen. ¿Se refieren
a los derivados del cerdo, tradición mielera, quesera, y postres artesanos? Porque esto
ya se hace en todos y cada uno de los pueblos de la zona (casi no hay otra cosa…).
¿Con qué resultado económico?: el de subsistencia de algún núcleo familiar aislado, sin
más. Si se quisiera instalar allí una especie de “Campofrío” autóctono donde
poder dar trabajo a muchas personas y generar riqueza, ¿en dónde? ¿con qué
infraestructuras? No hay buenas carreteras ni servicios industriales, ni de otro
tipo, adecuados, y cuando se reivindica, por ejemplo, el ensanche y arreglo de alguna carretera
por los muchos accidentes que allí se generan, los autodenominados “ecologistas” se vuelven
locos protestando por el deterioro ambiental que eso supondría, consiguiendo su
paralización en muchos casos. Increíble, pero cierto. Seguimos. Explotación
sostenible del bosque… ¿qué es eso? Esto no son los Estados Unidos, donde la
industria maderera hace y deshace a su antojo, aunque todo legal, claro, que para eso
tienen sus leyes que les amparan, y además, tienen bien adormecidos y/o sobornados a muchos famosos
grupos conservacionistas para que no abran la boca. Allí se dedican enormes extensiones de
terrenos al cultivo de especies madereras las cuales sirven de materia prima a
millones de pequeñas industrias y personas. Aquí sería impensable, tanto legal
como humanamente, y más en una zona como de la que estamos hablando, pues no es terreno adecuado, ni por accesibilidad ni por la geología y orografía del terreno, sobre todo . Aquí el poco
bosque autóctono que hay en la Serranía Celtibérica, aunque a algunos les
parezca que es mucho, no da lo suficiente como para que se use en obtener madera
masivamente y que, además, eso sea una posible solución para el desarrollo de la zona. Lo impiden los largos tiempos de
regeneración vegetal, sesgando así un uso efectivo (biológico y económico) de esos recursos, además de generar un gran impacto ambiental. La poca actividad maderera
de la Sierra de Albarracín, ya desde antiguo, es y ha sido más bien una actividad
de limpieza y conservación, aunque se obtuvieran y obtengan beneficios, que una
“explotación” de la madera en toda regla. Es más, el bosque es un recurso paisajístico de primer
orden que puede servir para otros fines.
Esos fines
bien pueden estar encaminados hacia una buena gestión patrimonial del entorno, por lo que el futuro de esta gran zona, por su belleza,
conservación natural y poca contaminación en casi todos los sentidos, química y
humana, debe dirigirse hacia un turismo, ecológico y convencional (artístico,
culinario,…), que permita a sus gentes sobrevivir y comenzar a ser autónomos en
sus perspectivas de vida, además de que puede favorecer el asentamiento y
atracción de población. La desarticulación territorial a la que hace referencia
el profesor Burillo, y el que sea un territorio biológicamente muerto, solo se
puede paliar si se articula el mismo con infraestructuras y actuaciones de
desarrollo ecológico en la zona. Esta puede ser una buena zona, y un buen momento, de
experimentación para aplicar conceptos de ecodesarrollo y sostenibilidad ecosocial, lo
que supone y lleva implícito no olvidar la necesaria e imprescindible calidad
de vida moderna de los humanos que la habiten.