Desde luego no es nada comparable, ni en calidad ni en
cantidad, con lo que estamos viendo últimamente respecto al uso indebido de tarjetas en alguna famosa entidad bancaria. Pero es tan criticable e indeseable como en ese
caso. No se habla de ello, pero pasa, y pasa desapercibido desde hace muchos años y bajo administraciones
de los dos partidos mayoritarios.
Seguramente casi nadie que no sea del gremio educativo
conocerá las muchas maneras que hay de
conseguir unos dinerillos a cambio de nada por los funcionarios de este
departamento. Nos escandalizamos, y con razón, de que algunos consejeros de
banco gasten y no declaren dinero en sus excesivos “gastos particulares”, como en farmacias, fiestas, restaurantes o en
temas algo más libidinosos. Pero nos parecen bien, o al menos no mal, por la
escasa cuantía que suponen (aunque esto es muy relativo), gastos sufragados por el presupuesto estatal, y
considerados casi como un “derecho más” como, por ejemplo, disponer de matrícula gratuita por el derecho a
examen en la Escuela Oficial de Idiomas para el funcionario de educación ó sus
familiares (casi siempre hijos). Y que los profesores de la universidad, al
menos en la de Zaragoza, estén exentos
de pagar las tasas de matriculación de
sus hijos en las carreras universitarias ó en los másteres oficiales. Esto, que
a algunos les puede parecer que es poca
cosa, entre los cuatro o cinco cursos de un grado más un máster posterior de un
solo curso, alcanza una cantidad que
oscila entre los 8.000 y los 12.000 euros en total. Si multiplicamos esto por un
número de usuarios de estas prebendas que podemos suponer que hay, la cifra se
desborda por todos los lados. ¿No parece esto escandaloso? O la gran cantidad
de directores de instituto que, tras ocho años de ejercer ese cargo con complemento retributivo
especial, que varía según el tamaño del centro, lo siguen cobrando (en parte)
al dejar de serlo, de por vida laboral, y sin ya tener responsabilidad alguna.
¿Este gasto es necesario? Y me dejo más ejemplos...
¿Todo esto es normal? ¿Se tiene derecho a ello? ¿Debe ser
así? Lo que está claro es que nadie se escandaliza ni protesta de estas
prebendas del funcionariado de educación (en otros ministerios o consejerías
también sé que los hay, incluso superiores...), muchos por desconocimiento, otros por no ahondar más
aún las grandes brechas existentes entre este colectivo educativo y la sociedad
en general. Y otros, los más inmorales, porque harían lo mismo si estuvieran en
su lugar y por eso “comprenden” esta actitud. Pero si nos ponemos puntillosos
con los demás (¡y, por supuesto que hay que ponerse…!) también tendremos que
hacer autocrítica y ser menos generosos con nosotros mismos a cargo de los
impuestos que pagamos entre todos. Las necesarias reivindicaciones educativas y salariales deben
ir por otro camino. No valen subterfugios extraños. Solo vale ser honestos y no
pretender perpetuar privilegios para unos pocos con el dinero de todos.
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