¡Dejadme vivir! Geología, Paleontología, Ecología, Educación.

Enrique Gil Bazán.
Doctor en Ciencias Geológicas (Paleontología).
Zaragoza, Aragón, España.

domingo, 16 de octubre de 2011

Carta a Heraldo de Aragón: "Envenenando el subsuelo"



Envenenando el subsuelo.
Ese es el término utilizado por un miembro de Ecologistas en Acción en televisión el sábado 15 de octubre  para señalar el, a su juicio, impacto ecológico que se producirá al intentar extraer el gas subterráneo que se ha localizado en Álava. Parece ser que una vez fraccionado con explosivos el material estratificado donde se ha encontrado el gas, será necesario hacerlo reaccionar con un compuesto químico que permitirá su extracción para su posterior uso. Desde luego no comentaré aquí el claro impacto que cualquier instalación minera produce en el terreno circundante, pero quiero destacar lo esclarecedor que resulta un comentario así, venido  además, de un “ecologista”. Quiero dejar claro que para ser un buen  ecologista hay que saber, además de unos cuantos conceptos ecológicos básicos, algo de geología, la gran olvidada por muchos que se embarcan, los pobres, en ese tipo de agrupaciones conservacionistas y que, por lo general, no han oído hablar en su vida de esa rama de la ciencia. Ni oído ni usado para nada en sus averiguaciones y argumentos, casi siempre contrarios a todo lo que se hace en esta sociedad. Ese término (“envenenando el subsuelo”) únicamente delata la gran ignorancia en temas geológicos, y casi me atrevería también a decir que de temas ecológicos, de su autor. ¿Habrán envenenado el subsuelo también para conseguir el aluminio de sus ventanas, el metal de sus cañerías, o los metales para sus móviles? ¿O no usan de “eso”? En este caso la obtención de materiales geológicos gaseosos  requiere aplicar conocimientos geotécnicos apropiados, sin que eso suponga necesariamente un apocalipsis ecológico. Es innoble, por tanto, recelar a  priori  de cómo se van a aplicar esas técnicas, alertando así a la sociedad de una supuesta agresión ecológica.
Dicho esto quiero poner cierto énfasis en el daño que hacen esos comentarios, tan pueriles y propios de indocumentados, a la conciencia ecológica que debemos  desarrollar todos para conseguir un verdadero desarrollo sostenible. ¿Qué pretenden con esos mensajes? ¿Todo está mal y todo destruye el ecosistema global (y esta vez el subsuelo…)? Y por último, ¿es que para ser ecologista tenemos que considerar que todo lo que se haga en nuestro planeta para obtener sus recursos, aun superando  las preceptivas evaluaciones de impacto ambiental, es algo negativo y poco respetable? No espero recibir  una respuesta coherente de esa gente, pero lo que sí quiero, con esta carta, es despejar alguna duda  respecto a la necesidad urgente de reconducir el ideario ecológico de todos, aunque sin estar abanderados por grupos de intolerantes que cada vez  nos hacen sentir más claramente como pertenecientes a los indignados del 15M, pero en temas ecológicos. Ellos no, a los muchos que llevamos años estudiando geología y ecología, no nos representan.

Enrique Gil Bazán
Doctor en Geología
Profesor CTMA,  IES Ramón y Cajal de Zaragoza.
                              

3 comentarios:

  1. Me parece muy sabia y acertada tu reflexión al respecto de la ecología, y de tantas otras cosas, sobre las que la gente común opinamos sin tener ni pajotera idea..., una de ellas la ecología. Ya lo dijo el gran Baltasar Gracián, "el primer paso de la ignorancia es presumir de saber"... En medicina ocurre algo parecido, hay pacientes que se ponen a discutir con los médicos sobre enfermedades, tratamientos y medicamentos, sin haber hecho siguiera un cursillos de dos tardes... Saludos.

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  2. Totalmente de acuerdo. En medicina y educación todo el mundo sabe,...y mucho.

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  3. Parece ser que la manera de hacer política implica el deterioro de nuestros recursos, y mirando hacia otro lado, es suficiente.
    Entre todos deberíamos ser conscientes de la dimensión de este problema pero ello@s se encargan de concentrar nuestra atención en aspectos poco relevantes.

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